Calidad de Vida: Crecimiento sin desarrollo
"La población mundial alcanzó los ocho mil millones de personas el pasado 14 de noviembre"
Opinión.- La población mundial alcanzó los ocho mil millones de personas el pasado 14 de noviembre. Con la carga que implica para el planeta semejante cantidad de seres humanos, se impone la pregunta sobre cuál es la calidad de futuro que aguarda a todas las especies que habitamos nuestra casa común, la Tierra.
Se espera que la población mundial aumente en dos mil millones de personas más en los próximos treinta años, llegando a 9.700 millones aproximadamente en 2050, pudiendo alcanzar un pico de cerca de once mil millones para 2100. La Organización de las Naciones Unidas argumentó que la actual tasa de crecimiento es la más lenta desde la década de 1950. Sin embargo, cabe señalar que la humanidad sumó mil millones de personas tan sólo en los últimos doce años.
Esta cifra, por demás impresionante, despierta muchas preguntas, varias de ellas a propósito de la relación entre la humanidad y el planeta Tierra. Después de todo, el ser humano es, hasta ahora, la única especie cuya supervivencia depende de la transformación de su entorno o, dicho de otra manera, es la única especie que ha convertido el desequilibrio en una forma de vida que, paradójicamente, la puede conducir a la extinción. De allí que uno de los grandes retos es crear modelos de sustentación que recuperen el equilibrio con la naturaleza.
En cuanto al informe Perspectivas de la Población Mundial presentado por Naciones Unidas, a propósito de este crecimiento poblacional, contiene un dato interesante referido a nuestro continente: en América Latina y el Caribe, “la proporción de la población en edad de trabajar (entre 25 y 64 años) ha ido en aumento gracias a las recientes reducciones de la fecundidad”. Este ‘bono’ demográfico es una oportunidad para lograr un mayor crecimiento económico. Y para maximizar dicha oportunidad, señala el informe, “los países deben invertir más en su capital humano, asegurando el acceso a la atención de la salud y una educación de calidad en todas las edades, y promoviendo oportunidades de empleo productivo y trabajo decente”.
Otro dato relevante es el hecho de que se “estima que la proporción de la población mundial de 65 años o más aumentará de 10% en 2022 a 16% en 2050”. Y sugiere: “Los países con poblaciones que están envejeciendo deben tomar medidas para adecuar los programas públicos al número creciente de personas mayores, incluyendo el establecimiento de sistemas universales de atención médica y de cuidado a largo plazo, y mejorando la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y pensiones”.
Como se aprecia en las recomendaciones antes citadas, con el crecimiento de la población vienen los desafíos de problemas no resueltos del pasado y nuevos retos. Hay un crecimiento poblacional pero sin calidad de vida. Crecimiento sin desarrollo, porque incluso los avances tecnológicos no son indicadores de desarrollo económico, cultural, sanitario o espiritual. El llamado a qué atiendan las alarmas encendidas tanto por el crecimiento poblacional como por el calentamiento global, es para empresarios, gobernantes y tomadores de decisiones. ¿Lo atenderán finalmente?
