San Pablo nos dice: “ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer”, y nos invita a “despertar del sueño” (Rom. 13, 11)
Opinión.- Adviento, nos invitan a pensar en la Segunda Venida de Cristo al final del tiempo.
Por eso, para encontrarnos con Cristo en cualquier momento hemos de estar preparados, bien preparados.
L Comienza el Adviento, tiempo de preparación para la Navidad. Y las lecturas nos invitan a ver la venida de Jesús de dos maneras.
Recordamos cuando nació, la primera venida del Señor hace unos dos mil años, pero las lecturas nos hacen pensar en la Parusía, la Segunda Venida de Cristo al final del tiempo.
San Pablo nos dice: “ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer”, y nos invita a “despertar del sueño” (Rom. 13, 11).
¿En qué consiste ese sueño? Vivimos como si el tiempo no estuviera andando, sin darnos cuenta de esa marcha inexorable de la humanidad hacia la Segunda Venida de Cristo. Vivimos como en los tiempos de Noé, “la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca, y cuando menos lo esperaban sobrevino el diluvio y se llevó a todos”.
Y el Señor dice: “Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre” (Mt. 24, 37-39).
Así vivimos en este siglo, sin darnos cuenta de que “a la hora que menos pensemos, vendrá el Hijo del hombre” (Mt. 24, 44).
Podríamos morir, y recibir en ese mismo momento nuestro “juicio particular”, y sabremos si nuestra alma va al Cielo, al Purgatorio o al Infierno. O podría ocurrir que tenga lugar la Segunda Venida de Cristo al final del tiempo.
Para ambas hay que estar preparados, pero el Adviento es especial para preparar nuestro corazón a recibir al Señor. Las lecturas nos sugieren dejar el pecado y cultivar las virtudes.
Tenemos todas las gracias de parte de Dios para ir preparando nuestro corazón a la venida de Cristo. Lo que nos toca hacer es responder a esa Gracia para ser revestidos con “las armas de la luz”, como dice el evangelio. (Rom 13, 12).
Dios está presente en cada ser humano con su Gracia para “revestirnos de El”, y presente en la historia de la humanidad para guiarla hacia la Parusía, cuando Él volverá de nuevo en gloria “para juzgar a vivos y muertos”, como rezamos en el Credo.
¿Qué es el Juicio Final? ¿Cuándo será?
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