Rubén Limas Telles: Si yo fuera presidente
Las cuentas estarán tan claras que hasta el sol pedirá lentes
Opinión.- Si yo fuera presidente —y no lo digo con pompa ni sombrero alón— traería a esta tierra la dignidad que se nos fue de vacaciones. Prometo cambiar el drama por esperanza, la angustia por risa franca, y que la felicidad vuelva a las casas con pasaporte y sin visa, para que otra vez la familia reunida, la Navidad pasen de la mano unida.
Gobernaré como quien arregla una olla común —con cuidado, sazón y cariño— para que nadie se quede sin su porción y todos volvamos sin excepción, a comer un montón.
Convocaré a todos al diálogo franco, sin exclusión de clases —del tinto al blanco, de la arepa al pan de queso— para coser soluciones entre todos, y poner al país en marcha, como lo decía nuestro amado expresidente, que por elocuente y audaz aún lo recordamos de verdad.
Las cuentas estarán tan claras que hasta el sol pedirá lentes, las leyes serían la brújula, no adorno de vitrina, ni letra muerta como muchas que hoy descansa en algún despacho de ministerios.
Apostaríamos a la salud de todo nuestro pueblo, llevaríamos medicinas, batas y sonrisas; con compras claras y auditorías que no se escondan bajo la cama; los quirófanos arreglaríamos con esmero y dedicación, para que nadie se vaya del hospital con un hueso roto.
Sueldos y salarios dignos, para que el bolsillo vuelva a sonreír; pensiones y jubilaciones la envidia de otros, que rescatarían el poder adquisitivo, actualmente hecho añicos, por la política insensata que nos mantiene empobrecidos y locos.
Pediremos ayuda al mundo con contrato y buena letra, para que podamos acomodar este coroto, y convirtamos a nuestro país en orgullo de nación de progreso y desarrollo.
Repararemos escuelas y liceos como quien repara el corazón: con manos y dedicación, de saber que la educación es vital para todos nosotros. Llenaremos de libros, laboratorios y maestros que no se vayan a la luna por falta de sueldo y oportunidades; que el maestro vuelva a sentir que su trabajo es oficio y fiesta.
Con talleres para que los jóvenes fabriquen futuro y no solo memes. Universidades con autonomía, con becas y oportunidades para salir del país a volver a estudiar en las mejores universidades, para regresar de nuevo a ponerle el pecho al crecimiento económico que tanto necesitamos.
Sembrar trabajo, cosechar tranquilidad, medidas claras para que el bolívar deje de marearse entre el dólar y el euro y tome su peso propio. Apoyos para agricultores, fábricas y PYMES; créditos con cariño y plazos humanos. Menos importaciones, más orgullo nacional, para con la industria local y extranjera hagan alianzas duraderas.
Retomaremos los contratos que no sean poesía con protección social sin letra pequeña, ayudas directas mientras el país vuelve a caminar. Negociación con sindicatos y empleadores, sería la norma a emplear. Reparar plantas y tuberías; que el grifo cante y no solo haga silencio, y a través de él, agua volvamos a tomar.
Plan de choque para que las luces vuelvan a ser compañeras y no ciencia ficción, y nuestras casas las 24 horas del día vuelvan alumbrar. Flotas nuevas, vías decentes y un plan de movilidad que no sea odisea diaria. También transformaremos la administración pública y la haremos digital, con gente responsable que atienda el timbre, y respuesta digna y oportuna volvamos a escuchar.
También, la seguridad personal será nuestra bandera; prevención, policía de cercanía y justicia que no llegue tarde. Con capacitación en derechos y limpieza de los uniformes manchados, por el abuso del poder y la corrupción. Más deporte, cultura y empleo para que las calles vuelvan a ser lo que alguna vez fueron en nuestro pasado ya lejano. Tendremos investigaciones rápidas y tribunales que no duerman la siesta, sin impunidad ni excusas.
Transparencia total con contratos a la vista, como menú en la puerta, con Órganos de control autónomos, fuertes y sin temor al ruido, ni al escarmiento ideológico. Castigo real y devolución de lo robado, que no quede ni para el recuerdo, ética pública desde la escuela hasta la oficina.
Libertades plenas de prensa, palabra y reunión sin miedo. Con libertad a todos los presos políticos. Finalmente elecciones libres, observadas y con café en la mano para todos.
Conciudadanos y conciudadanas: reconstruir es trabajo de todos, con valentía, humor, pasión y honestidad. Les pido su mano y su mirada crítica: apoyen, controlen y rían cuando el país recupere su sonrisa. Juntos haremos una Venezuela con dignidad, con justicia y con arepas calientes para todos. “Por una Venezuela Libre y de Todos los Venezolanos”.
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