Opinión
Tomás Socías: Empresas del Estado
Es alarmante como en los últimos meses se ha visto al Estado intentar seguir creciendo en áreas que deben entregarse al sector privado
3 de noviembre de 2025
Opinión.- Es impresionante cada vez que se ve a los estados creando empresas de servicios básicos o alternos y todo “en nombre de los pobres y los más necesitados”.

En este sentido, sobre todo los gobiernos de América Latina, pero también en Europa y otras regiones del mundo, se puede ver la creación de empresas estatales que en un inicio se hizo para cubrir la ausencia de los sectores privados.

Pero, posteriormente fue creciendo esta tendencia a que el Estado sea empresario, principalmente en países en vías de desarrollo, como una alternativa de esa tendencia estatista, creándose una red más ineficiente, con corrupción y falta de gerencia. Y no importa el lugar del mundo, siempre es igual.

Esto se fue complicando con el tiempo, porque comenzaron a surgir críticas basadas en una ideología de izquierda o derecha, a las empresas de servicios del sector privado, por los costos de los mismos que se veían obligados a cobrar para poder ser eficientes.

En estos casos, el Estado consideraba que podría cubrir el área con unas tarifas más accesibles y al alcance de la economía de la población.
Pero todo ello, sacrificando la eficiencia de los servicios, la atención al cliente, la rapidez de ejecución y lo que es peor, creciendo la falta de honestidad o corrupción en la administración.

Cambios
Estos criterios siguieron cambiando con el tiempo y entonces surgió un Estado que pretendió ser empresario, pero sin dejar de lado los temas ideológicos, la burocracia y la falta de transparencia pública.

De allí surgieron aquellas empresas llamadas socialistas y de bajos costos para la población, pero con grandes inversiones de parte del Estado en estas empresas públicas.

Es así como en muchos países de América Latina, sobre todo, y que luego se diseminó por algunas naciones de Europa y países subdesarrollados de África y Asia.

Entonces, se hizo común una política donde los Estados comenzaron a tener más empresas que el sector privado.

Europa deja de lado la política
Con el pasar del tiempo, en Europa en general, se dejó de lado esta práctica, en la medida en que se desarrollaba, crecía y caminaba hacia el primer mundo.

Pero, en los países en desarrollo en América Latina, el Caribe, partes de Asia y África, se comenzaron a destinar grandes presupuestos para empresas del Estado a bajo costo.

En la medida en que los gobiernos son más ineficientes, compiten desigualmente con el sector privado. Más tarde, las empresas creadas por el Estado quebraron y enfrentaron problemas al no poder cubrir ni el servicio ni los costos en sí.

Pero, estos procesos han ido cambiando, a pesar de la ideología y tenemos como ejemplo a China que se volcó nuevamente hacia el sector privado, para convertirse así en un país altamente industrializado, lleno de empresas privadas de capital nacional e inversión extranjera, eficientes en los servicios y con mayores y mejores servicios para los más necesitados.

El caso de Venezuela
Específicamente, en el caso de Venezuela, es alarmante como en los últimos meses se ha visto al Estado intentar seguir creciendo en áreas que deben entregarse al sector privado y con presupuestos limitados y deficientes, porque el Estado nunca tendrá los recursos suficientes para estas actividades.

Es así como se habla con orgullo y se promociona, una empresa aérea como si fuese un objetivo básico para el país siendo una empresa más del Estado, que siempre requerirá presupuestos mayores sin recibirlos el Estado.

También se habla de una empresa nueva procesadora de oleaginosas en La Guiara, la materia prima para convertir en aceites comestibles, como si no existieran suficientes empresas que importan oleaginosas o trigo en el país, llegando a más de casi 30 por cada sector.

El Estado también se puso a construir viviendas, puentes, carreteras, peajes, puertos y paremos la cuenta, donde el sector privado ha demostrado que ha sido más exitoso, rápido y eficiente, apartándolo y con grandes inversiones.

Es así como el Estado en Venezuela se llenó de empresas públicas, lo que se suma a decenas de ministerios que hacen que los gastos sean gigantescos, restando eficiencia donde fácilmente el sector privado podría trabajar y generar empleos, desarrollo y crecimiento rápido, con eficiencia.

Incluso siguen existiendo empresas del Estado en servicios básicos, luz, agua, aseo, relleno sanitario, telecomunicaciones y muchos más, cuando los mismos se podrían pasar al sector privado poco a poco.

Solamente en el sector telecomunicaciones parece haber una luz, cuando se está permitiendo que el sector privado ocupe espacios para prestar los servicios de manera que no solo sea eficiente.

También el sector privado precipita una competencia sana que permite al usuario escoger según sus presupuestos, pero sobre todo que pueda seleccionar también tomando en cuenta la calidad.

El sector privado y el Estado no tiene por qué estar peleados, pueden trabajar a la par, cada uno ocupando su lugar, con el mismo objetivo: el crecimiento del país.

*El autor es analista económico y político, fue Ministro de Industria y Comercio, autor del “Informe Confidencial Socías” y presidente de Cavidea.

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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Tomás Socías