Ahí el Ágora: Enfoque en Dios, Él salva
La fuente más segura de seguridad que debemos procurar es la que Dios ofrece
Opinión.- Muchas personas no tienen satisfacción en su alma por tener el enfoque un poco distorsionado, fuera de la figura correcta. Cuando nos desenfocamos perdemos tiempo y fuerzas, nos desgastamos, porque no estamos actuando según el orden y visión que se exige para lograr la ganancia.
No podemos creer que si nos enfocamos en otras cosas lograremos alcanzar la salida correcta. No debemos poner nuestras miradas en nadie, ni en nada, sino solo en aquel que es poderoso para hacer todas las cosas. Confiar que de otra fuente puede venir la salvación, es como perder el tiempo.
La fuente más segura de seguridad que debemos procurar es la que Dios ofrece. La protección más real, segurísima, es la que Jehová de los ejércitos te pone en la mesa. No hay fuente que pueda existir ni suplantar el poderío que posee la soberanía del Reino.
En Dios puedes creer que tendrás la salvación en todos los puntos, en todo el organigrama de la vida. No hay un solo punto o trazado que puede elevarse más alto que la Majestad Divina, en su poder y autonomía puedes descansar, porque Él es quien salva, quien vindica de todos los señalamientos que las injustas manos, voces de las calumnias, te haya perseguido para perturbar tu existencia y señalarte con los dedos de la acusación desmedida.
Nunca debemos, y es por nuestro bien, por nuestro avance, poner la mirada en cosas humanas, herramientas por muy poderosas que sean. Primero, debemos confiar en el único que tiene el poder soberano para cambiar las cosas. No debemos suplantar el poder que viene de lo alto, por la de un simple mortal. Las personas pueden ser canales de bendición a otros, eso es cierto, pero son canales, instrumento, solo eso. Pero la fuerza invencible es la de Dios.
El Rey David era perseguido para ser asesinado por su propio hijo Absalón, algo impensable, pero cierto, y todo por el poder. Sin embargo, el Rey dijo: La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu bendición. Selah. David, autor de este maravilloso Salmo, lo escribe en momentos de angustia, rodeado de enemigos, un hijo que lo quería erradicar del trono, situaciones adversas que tuvo que pasar el poeta y estadista David, no fueron cosas triviales, lo que se le levantaban al autor de muchos Salmos, sino que eran batallas de vida o muerte.
Sin embargo, así como David confiaba en el Padre de las Luces, Jehová el sublime, así debemos también hacer nosotros, confiar en Dios para todas las cosas, sin perder el tiempo en buscar ayudas, muchas veces son ayudas que no resuelven; por el contrario, empeoran las cosas. La salvación de la economía de un país está en aquel que abrió el mar Rojo, y no en otro tipo de fuerzas ni nada por el estilo.
Si queremos que nuestras familias cambien para bien, si queremos resolver algún tipo de situación, debemos acudir al que sopló aliento de vida. Debemos tener en cuenta que las fuerzas humanas están supeditadas al poder que viene del tercer cielo, y no de ninguna potencia, sea cual sea. Dios es la potencia inenarrable frente a los conocimientos de carne. (Personas).
En este Salmo en su capítulo 3, versículo 8, David deja claro que solo Dios salva, pero además de eso, amigo lector (a), también bendice, podemos mirar que dice “sobre tu pueblo sea tu bendición”, eso indica que le pertenecemos a Él y que las bendiciones que llegan a nuestras vidas es porque Dios así lo permite y nos las hace disfrutar; es decir, la familia, las hijas, los hijos, un empleo, una empresa, un país, todo lo que nos trae contentamiento y refrigerio es porque el Eterno así lo quiere.
Sí se puede amigo lector (a), es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: En Dios hay siempre esperanza, no hay límites en Él, siempre piensa como bendecirnos, como salvarnos, como hacer andar a un país, la economía de la nación de Venezuela está en la agenda del Padre Nuestro, y la hará florecer mucho mejor que antes, solo esperemos y creamos en Cristo Jesús.