En Armonía Fetal: Necesaria explicación
Los pensamientos son emanaciones de energía, que parten de las creencias individuales que se tenga
Opinión.- Con cierta regularidad recibo a través de nuestro portal en Instagram @armoniafetal infinidad de preguntas, comentarios e incluso cuestionamientos y extrañeza que como médico obstetra, formado académicamente bajo un paradigma positivista, reduccionista o mecanicista esté dedicado a lo holístico, lo energético, lo vibracional, lo cuántico, lo epigenético y lo sutil o espiritual.
Con mucha amabilidad les aclaro que si bien aprendí en la universidad el modelo “ver para creer” por qué no unificarlo con el “creer para ver”. El diccionario de la Real Academia Española señala que la palabra “Holístico” es una doctrina, que promueve la concepción de la realidad como un todo, distinto de la suma de las partes que lo componen, esto último preconizado desde la época de Descartes, base de sustentación de la ciencia, del método científico y de la medicina.
Ken Wilber, filósofo norteamericano, sostiene que cada paradigma son medias verdades de la realidad. Entonces ¿por qué no unificarlo? Me considero un médico con mente amplia, tanto que atiendo a mis gestantes de una manera integral, abordando cinco enfoques cardinales: lo biológico, lo social, lo cultural, lo psicológico y lo espiritual.
Somos seres de energía. La física newtoniana, aquella que aprendimos en bachillerato, siempre nos remarcaba que la materia estaba constituida por átomos.
Hoy conocemos, gracias a las investigaciones de Einstein, que dentro del átomo existen partículas subatómicas que son elementos de energía.
De manera que, por simple analogía, el átomo es energía, al igual que ascendentemente lo son las moléculas, las células, los órganos, los aparatos y sistemas; en fin, todo ser vivo, incluido el ser humano.
Los pensamientos son emanaciones de energía, que parten de las creencias individuales que se tenga. Los sentimientos que se generan en el corazón producen un campo magnético, y cuando se entrecruzan los pensamientos con los sentimientos configuran un cúmulo de energía electromagnética que determinan las emociones.
Biológicamente, el centro emocional por excelencia se ubica en el sistema límbico. Dependiendo del tipo de emoción, un conjunto de neuroquímicos inunda el cuerpo, en nuestro caso, todas las células de la gestante, y a través de la placenta esos neuroquímicos también le llegan al bebé intrauterino, produciendo en él los mismos efectos que ocurren en su mama.
Los campos electromagnéticos sutiles (que no se ven) generados por los padres, los familiares y el entorno, afectan al bebe en crecimiento. El amor es la llave sanadora. Creer que lo que no puedes ver con los ojos del cuerpo no existe, es negar la visión sutil o espiritual.
Gonzalo Medina Aveledo PhD Ciencias Médicas
Médico Obstetra
Investigador de las emociones maternas
Ig. @armoniafetal