Opinión
Vincenzo Caruso: De la Operación Neuland a la Operación Washington: El mismo fascismo en nuevas aguas
Desde el Golfo de Venezuela hasta las refinerías de Aruba y Curazao, los U-Boote alemanes hundieron buques como el Monagas, el Tía Juana y el San Nicolás, dejando decenas de muertos y un país vulnerable
27 de agosto de 2025
Opinión.- En febrero de 1942, el mundo se estremeció cuando los submarinos de Hitler irrumpieron en el Caribe venezolano bajo la llamada Operación Neuland. El objetivo era claro: cortar el flujo del petróleo venezolano que alimentaba a las fuerzas aliadas en Europa y África. Desde el Golfo de Venezuela hasta las refinerías de Aruba y Curazao, los U-Boote alemanes hundieron buques como el Monagas, el Tía Juana y el San Nicolás, dejando decenas de muertos y un país vulnerable.

Venezuela era entonces el corazón energético del mundo, pero carecía de radares, de flota defensiva y de una estrategia propia para enfrentar el asedio. La guerra llegó hasta nuestras costas y el resultado fue la intromisión de fuerzas extranjeras bajo el pretexto de “proteger” nuestro petróleo.

Hoy, en 2025, los fantasmas de Neuland vuelven a navegar en el Caribe. Esta vez no son submarinos con la cruz gamada, sino destructores y portaaviones con la bandera de las barras y estrellas. Washington ha asumido el rol de aquel Hitler: un poder que se siente con derecho a imponer bloqueos, amenazas y campañas de terror mediático. Cambian las excusas —ya no es el nazismo ni la guerra mundial, ahora es el invento del “narcotráfico” o los ridículos señalamientos sobre un supuesto “cartel de los soles”—, pero la lógica es la misma: fabricar un enemigo para justificar la agresión.

La llamada “Operación contra Venezuela” que hoy impulsa la Casa Blanca es, en esencia, la Neuland del siglo XXI. Entonces buscaban frenar el petróleo que salía de Maracaibo; hoy buscan quebrar la soberanía de un país que se niega a entregar sus recursos y su dignidad. Entonces usaron torpedos; ahora usan sanciones, bloqueos financieros y buques de guerra en nuestras aguas.

Pero la historia no se repetirá de la misma manera. Venezuela ya no es la nación desprotegida de los años cuarenta. Somos un país con conciencia de identidad, con un pueblo en resistencia y con un liderazgo que ha demostrado que aquí no manda el imperio, aquí manda nuestra voluntad nacional. Lo que hoy se juega no es solo el destino de Caracas, sino el de toda América Latina y el Caribe. Cada barco que amenaza nuestras costas es una amenaza contra la región entera.

En 1942, Hitler intentó cortar el flujo del petróleo y trasladó la guerra europea al Caribe. En 2025, Washington intenta trasladar su decadencia imperial a estas aguas con nuevas armas y las mismas mentiras. La respuesta debe ser la unidad continental frente al nuevo fascismo.

De Neuland a Washington, la historia nos advierte: ningún imperio tiene derecho a decidir el futuro de Venezuela ni de nuestra América. Esta vez no habrá torpedos que nos hundan: habrá dignidad que los detenga.

Por Vincenzo Caruso
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VÍA NT
FUENTE Vincenzo Caruso