No son tus fuerzas, no son tus habilidades ni holgura que tengas en el depósito de tu vida. Es Cristo toda la fuente que permite bendiciones para que las disfrutes
Opinión.- La fuente genuina, inquebrantable, de todo poder está en Dios. Toda persona practicante de la justicia, esa que no es ambivalente que un día construye correcto y otro día destruye, correrá a Él, porque es la Torre Fuerte, Pr.18:10, Dios es coherente. No hay fortaleza, no hay andamio de acero que pueda servir de plataforma, sino solo Jehová.
Ninguna familia de la tierra, ningún gobernante, ningún líder, ningún opositor al gobierno puede decir que con sus fuerzas logrará cambios en beneficio de una comunidad, solo en la fuerza (la de Dios), los hombres pueden actuar y tener buenos resultados. El asunto está en aceptarlo, qué tan humilde seamos.
Y a Aquél que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. El libro de Efesios establece en este capítulo 3:20, que Cristo es la fuente de toda la majestuosidad y, por supuesto poder. Él no es solo una persona o una alternativa para acudir en una ayuda circunstancial, pues no, Jesús es la Fuente, con mayúscula, que te provee de poder.
La palabra “abundantemente” sobrepasa toda petición y comprensión de las personas; el Espíritu Santo llena tanto, al punto de que no dejará de correr en tu vida la abundancia del reino; mucho más de lo que deseas, Dios te enviará, porque en Él no hay estrechez de nada, siempre habrá la abundancia, tanto para tí como para los que creen igual y están cerca de tu entorno.
Termina el versículo diciendo: según el poder que obra en nosotros. Debemos asimilar que cuando entendemos y obedecemos el orden prescrito, no debe existir una alteración respecto a lo que Jesús hizo en la cruz, siendo una victoria de Dios; si nosotros valoramos lo que Él hizo, su obra terminada, el Espíritu Santo actuará con el poder permitido, desde las alturas, a favor de nosotros.
No son tus fuerzas, no son tus habilidades ni holgura que tengas en el depósito de tu vida. Es Cristo toda la fuente que permite bendiciones para que las disfrutes, la fuente impenetrable de todo elemento adulterado es Jesús, si el Señor determina bendecirte, sería con su mismo poder, por su amor, desde sus riquezas en gloria.
Su poder te sacará de los aprietos, de las prisiones espirituales y físicas, solo en Jesús está el más auténtico poderío que ningún ejército humano podrá igualar.
Los estudiantes que desean graduarse, los que ya están graduados, los que ejercen una profesión, los empresarios, el trabajador común, en fin, toda persona tiene su fuerza mínima y máxima, pero solo una fuerza y poder que viene de lo alto es la que pondrá la impronta que a su vez te traerá los mejores frutos. Las bendiciones de Dios son mejores, las bendiciones de Dios no añaden tristeza, Pr. 10:22.
Mejor es dejar que el poder de Dios actúe para todo en nuestra vida. Hay injusticia en el hogar, trabajo, organización, no importa, es hora de darle paso al poder de Dios.
La rendición espiritual es muy provechosa, es altamente saludable, porque por medio de una aceptación, de un reconocer nuestras debilidades, las ofertas bondadosas que vendrán a nuestras vidas no pararán. Porque cuando reconocemos que solo Dios puede ayudarnos en aquellas situaciones que solo puede ser resuelto por Él, eso traerá contentamiento no solo a nuestros corazones, sino también al corazón de Dios.
Por eso es que debemos entender que somos limitados, no podemos justificarnos nosotros mismos, solo la sangre de Cristo puede lavarnos, redimirnos, solo el poder de Dios puede arrancarnos de la garras de las tinieblas.
Solo la torre fuerte puede darnos el apoyo para sostenernos, aunque tengamos o parezcamos tener humanamente un poder alguno, es el Padre el único, por medio de su hijo Jesús, quien nos proveerá siempre la salida y el salvavidas para que salgamos a flote. Las naciones saldrán a flote a medida que sus gobernantes entiendan y acepten que solo Jesús salva.
¡Sí se puede, amigo lector (a), es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: Hay que felicitar en el Señor a todos esos alcaldes que han sido fructíferos en sus municipios, bendecirlos, seguir orando por ellos, no importa el color en donde militen, lo importante es que embellezcan sus ciudades. Dios sigue obrando. Salud.
Por Lister Monteverde