Opinión.- En Lucas 18:18-30 nos encontramos con un joven que tenía un récord inmejorable, “había cumplido toda la ley”. Esto no lo hacía cualquiera, Jesús estaba frente a un ganador continuo. El joven intercepta a Jesús halagándolo y queriendo ganar el favor del rabino más comentado, aunque Jesús le hace una corrección inicial, el joven acostumbrado a ganar lo arregla con su intachable currículum “Todo lo había hecho”.
Él se sentía que estaba listo para algo más grande, estaba apuntando a metas aún más sublimes, él quería alcanzar lo que parecía inalcanzable y estaba dispuesto a conseguirlo.
Ahora, todo cambió cuando Jesús le hace un último desafío y aquí sucede algo que le da un vuelco total a la historia. El desafío de Jesús estaba directamente relacionado con la pregunta que el mismo joven había hecho ¿Cómo alcanzo la vida eterna? Y Jesús le da las claves: “vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, ven y sígueme”.
El venía de una racha ganadora, ahora, Jesús lo llamaba a seguirle, porque vio en él un ganador, el mismo Jesús lo estaba invitando a que lo siguiera, esto no lo hacía con todo el mundo, solo con algunos elegidos, él era un elegido.
Pero, allí sucede lo inesperado, lo que nadie pensó que sucedería, el joven decide no cumplir con este último desafío. Esto se llama autosabotaje.
El joven había logrado lo que era inalcanzable para muchos, cumplir toda la ley, lo que le faltaba era casi nada, pero, se autosaboteó, se regresó, desistió, perdió, abandonó, no siguió al maestro, no fue tras lo trascendente.
El autosabotaje o autoboicot, es un patrón de comportamiento en el que una persona se obstaculiza a sí misma para alcanzar sus metas y deseos, implica crear obstáculos autoimpuestos, y termina sucediendo todo lo contrario a los propios deseos, por acciones propias.
La pregunta obligatoria es ¿Por qué sucede el autosaboteo?
Cuando se actúa con emociones descontroladas. La historia relata que el joven se entristeció mucho y luego se regresó. Lo hizo en ese orden; primero sintió mucha tristeza y luego se dio la vuelta y se fue. Mucha gente pierde grandes oportunidades por problemas de carácter.
Aprende a controlar tus emociones. Pídele a Dios que te ayude en cuanto a esto y pon tus emociones delante de él para que seas una persona equilibrada, sabia, valiente y de fe.
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Ap. Julie de Romero.
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia
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