Opinión
Luis Eduardo Martínez: “Para enriquecerse, hay que aprender”
Tras el fin de la Revolución Cultural, un periodo que devastó el sistema educativo y persiguió a intelectuales, Deng Xiaoping reconoció la necesidad urgente de reconstruir la educación como base para el progreso
30 de junio de 2025
Opinión.- El proceso de transformación que vivió China a partir de finales de los años setenta, bajo el liderazgo de Deng Xiaoping, marcó uno de los virajes más significativos en la historia contemporánea. Aunque comúnmente se le atribuyen estos cambios a una apertura económica y a la adopción de políticas pragmáticas, la educación desempeñó un papel crucial en el impulso y la consolidación del modelo de modernización. Deng comprendió que el verdadero motor del desarrollo no era solo el capital o la tierra, sino el conocimiento y la capacidad del pueblo chino para adaptarse a los desafíos de un nuevo orden global.

Tras el fin de la Revolución Cultural, un periodo que devastó el sistema educativo y persiguió a intelectuales, Deng Xiaoping reconoció la necesidad urgente de reconstruir la educación como base para el progreso. Su famosa frase “para enriquecerse, hay que aprender” resume la convicción de que sin capital humano calificado, ninguna reforma económica podría prosperar.

Confieso que soy un admirador de China -años atrás cursé un programa de posgrado en Beijing- y no me asiste ninguna duda que tal como sucedió en el gigante asiático la forja de una Venezuela de bienestar generalizado pasa por un reposicionamiento de la educación y en particular de la educación universitaria.

Es obligante destacar que en Venezuela se ha avanzado muchísimo en la cobertura de la población sujeta a cursar estudios universitarios: según el Instituto de Estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el 83 % ingresó en fecha reciente a nuestras Universidades, porcentaje 2,5 veces superior al promedio de los otros países de América Latina y que será mayor para 2025-2026. Días atrás, en Consejo Nacional de Universidades, al cual asistí como Rector de la UNITEC, el Ministro Ricardo Sánchez anunció que más de 350 mil bachilleres que egresan este julio tendrán la oportunidad de proseguir estudios en las 6,444 oportunidades existentes en 175 instituciones públicas y privadas del país. Por cierto, en esta instancia aprobamos la eliminación de las pruebas internas o diagnósticas en las universidades de gestión pública garantizando así el derecho a una educación universitaria gratuita y de calidad.

Repasó también el Ministro Sánchez -ya lo había hecho con los Rectores horas antes- las líneas estratégicas para la educación técnica y universitaria incluidas en el Plan de la Patria -Plan de las 7 T- recientemente aprobado por la Asamblea Nacional para el período 2025-2031. Ellas son:

“Alineación del sistema universitario con el Plan de la Patria; Vinculación del sistema formativo, Universidades Politécnicas Territoriales y Centros de Investigación con los Motores Territorializados de la Agenda Económica Bolivariana; Bienestar, formación y especialización de las y los profesores universitarios; Accesibilidad plena y soporte para el desarrollo de las y los estudiantes; Producción de conocimiento orientado al desarrollo; Territorialización y revolución de la institucionalidad del sector universitario; Democratización de la producción del conocimiento; Plataforma de investigación y socialización de conocimiento; Articulación de las instituciones de educación universitaria con el territorio; Modelo de gestión democrático en el sistema universitario; Infraestructura y equipamiento adecuado en las instituciones Cooperación y articulación internacionales de redes de investigación y especialización; Equipamiento tecnológico y soporte”.

Hablamos de la empleabilidad, de la educación por competencias, de llevar a 4 años las licenciaturas e ingenierías con salidas intermedias, técnicos superiores en 2 años, de incorporar las pasantías desde las primeras etapas de la carrera universitaria. Personalmente me sentí muy orgulloso de la Universidad Tecnológica del Centro porque nuestro modelo se corresponde casi exactamente con buena parte de los planteado.
No me canso de afirmar que Venezuela puede y debe ser sino la primera, de las primeras naciones del mundo en calidad de vida para sus ciudadanos y que ello será posible afincándose en más y mejor educación.
Sin querer discutir con nadie, leyendo discursos de Deng me encuentro con una frase referida a China país: “ser rico es glorioso”, es la traducción literal. Que Venezuela sea rica, que las familias venezolanas sean prosperas dependerá en buena medida de nuestra capacidad común de reposicionar efectivamente la educación.

Por Luis Eduardo Martínez
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Editoría de Notitarde