Crónica del pasado: Juan Bautista Montenegro, un educador de la Provincia de Carabobo
Nuestro personaje nace en la ciudad de Caracas, en plena guerra de independencia
Opinión.- Esta semana tuvieron lugar en el Teatro Municipal de Valencia las VII Jornadas de Historia Regional de la Academia de Historia del Estado Carabobo, donde nos tocó presentar la charla “Juan Bautista Montenegro: educador, parlamentario y militar de la Provincia de Carabobo”.
Nuestro personaje nace en la ciudad de Caracas, en plena guerra de independencia, el 23 de junio de 1812. Sus padres son el prócer Pedro Valentín Montenegro, oriundo de Guanare y la caraqueña María de los Dolores Olivares.
Pero Juan Bautista se distinguió más por educador y parlamentario que por militar. En 1830, con solo 18 años funda una de las primeras escuelas privadas de Valencia, la “Escuela de Catedral” (no confundir con la escuela de la iglesia parroquial fundada en 1782 a instancias del obispo Mariano Martí, primera escuelita de Valencia.
Alejo Zuloaga citado por Enrique Grooscors en su “Pasión y Acontecer de la Educación en Carabobo” nos recuerda:
“Son igualmente acreedores a la gratitud y al acuerdo de los carabobeños, algunos notables ciudadanos que, con sus escritos, sus luces y su generosa voluntad dieron nuevo impulso y vigor en las distintas épocas del período que se ha venido examinando al movimiento civilizador de la enseñanza. Tales son, entre otros, el distinguido patricio José Rafael Revenga, que comunica al señor Juan Bautista Montenegro los conocimientos que había adquirido en los viajes a Europa y Norteamérica, sobre los métodos y sistemas de enseñanza más adelantados de la época”.
Esos conocimientos seguramente se tratan del “Método Lancaster”, que hasta llegó a ser obligatorio en estos países, que, entre otras cosas, traía la novedad de que el maestro entrenaba a sus mejores estudiantes para que cada uno sirviera de “monitor” a otros diez estudiantes menos adelantados. De esta manera se multiplicaba el alcance de los maestros en aquellos tiempos en que había escasez de recursos y personal.
Torcuato Manzo Núñez, en su Historia de Carabobo, nos ubica al biografiado como de los primeros catedráticos del Colegio Nacional de Carabobo, génesis de nuestra universidad:
“El año de 1842 las Cátedras y Catedráticos del Colegio eran las siguientes: Primeras Letras, a cargo de Federico Feo; Aritmética Práctica, Luis Araujo; Segunda de Gramática Castellana, a cargo de Juan B. Montenegro …”.
Avanzando en el tiempo, en 1843, el diario “El Venezolano”, nos habla de la primera escuela particular (no eclesiástica) para niñas en Valencia, fundada en 1843 por los esposos Gregoria Belisario de Celis y Pedro Celis (prócer de la independencia). Allí el profesor de gramática será Juan Bautista Montenegro, que, por cierto, era casado con una sobrina del matrimonio de los Celis.
A raíz de los cambios políticos ocurridos en Venezuela en 1858, consecuencia del derrocamiento de la dictadura de los Monagas, Montenegro es elegido concejal de Valencia. Al año siguiente, en 1859, resulta electo diputado provincial de Carabobo y la Asamblea lo designa su presidente. Una de sus primeras preocupaciones, como era de esperarse, era la situación de la educación.
En 1830 Páez había decretado el Colegio Nacional de Carabobo, pero su desarrollo era irregular, sobre todo sufriendo de graves deficiencias presupuestarias. Juan Bautista, que había sido catedrático del Colegio desde 1842, sabía de las carencias del instituto. Para ese año, el presupuesto nacional no tenía destinado ni un centavo para el Colegio, amenazándolo con extinción por inanición.
Es así que por decreto del 16 de julio de 1859, Montenegro logra que la Legislatura apruebe un auxilio financiero para que el Colegio Nacional de Carabobo pudiera continuar sus actividades. El Decreto decía:
“CONSIDERANDO: Que en el presupuesto nacional… para el corriente año no figura partida para …el Colegio Nacional de la Provincia.
DECRETA: Se asigna a cada una de las nueve cátedras expresadas la dotación mensual de veinticinco pesos que el Administrador de rentas provinciales tendrá oportunamente a disposición de las del Colegio.”
Fueron 38 años ininterrumpidos dedicados a la enseñanza en los primeros tiempos de Venezuela. Hoy su memoria aparece olvidada de los medios oficiales. Nos toca a nosotros rescatar este ejemplo de educador y ciudadano.
Por Luis Heraclio Medina C.
@luishmedinac