Ahí el Ágora: El malvado siempre es vencido
observamos un Dios que bendice y cuida las mismas bendiciones por Él entregadas
Opinión.- Oíd otra Parábola: Fue un hacendado, el cual plantó una viña, y la cercó de vallado, y cavó en ella un lagar, y edificó una torre, y la dio a renta a labradores, y se partió lejos. Ma. 21:33. Hablamos de hacendado, representa a Dios el Padre. Nos ilustra la parábola sobre la plantación de una viña, eso es la encomendación del Reino Celestial a Israel; punto resaltante, la protección del mismo Señor, al colocar vallado.
Entonces observamos un Dios que bendice y cuida las mismas bendiciones por Él entregadas. Parte de este contexto reseña el mapa de todo el desprecio y malos deseos hacia el hijo de Dios. Siempre hay un tiempo para demostrar con hechos más que con palabras los frutos, el ensanchamiento, la extención de un Reino ( el del cielo) la visión, para eso Dios se vale de mandar a sus profetas o a los portavoces del evangelio.
Sin embargo, hay quienes no aceptan a los que Dios envía o encarga para enseñar y proveer a la humanidad de sus herramientas o de su plan que trae seguridad eterna. Porque hay receptores odiosos que, lejos de aceptar con humildad la aproximación del cielo acá en la tierra, son instrumentos visibles del menosprecio hacia sus atalayas genuinos.
Los líderes religiosos de la época nunca vieron con buenos ojos a los profetas que pudieran traer algo que no encajara a su modelo opresor. No aceptaron ni mucho menos cuidaron a los enviados por Dios, sino que los hieren y hasta lo matan. Hoy día pareciera que estas actitudes cíclicas se muestran en algunos lugares, los persiguen, los hieren, hasta lo intentan matar en lo espiritual, ministerial y en algunos rincones de la tierra lo asesinan físicamente.
Y cavó en ella un lagar. Dios establece sus bendiciones, dádivas del Reino para los hombres, las familias que desde un corazón humilde reconoce que las riquezas en sus diferentes planos que no traen sobresaltos, provienen del Padre de las Luces. Edificó una Torre.
Los que pregonan el evangelio, los vigilantes de la verdad ( Cristo es la Verdad), representa aquellos atalayas que debían cuidar o ser los protectores de la viña. Todos quienes tengamos la responsabilidad de ser atalayas debemos velar por el sano cuidado de su palabra y de su obra aquí en la tierra.
Y la dio a renta a labradores y se partió lejos. Importante es señalar que, en los días de Jesús, el hacendado era tipo de los escribas y fariseos; por consiguiente, el proceder de ellos nunca se acercó en lo más mínimo al proceder del Padre.
Dios es quien bendice sinceramente, en Dios no se debe pasar por el filtro de la explotación y barbarie para luego darte una migaja. Así no es su manera de trabajar, empero, los hipócritas y malvados te sacan lo precioso de tu corazón, te dañan tu esfuerzo y a ellos ( los religiosos) poco les importa tu bienestar.
Podemos ver que en este capítulo la doctrina de la Trinidad es mostrada. Todo desdén sufrido por el hijo (Jesús ), también era sufrido por el Padre y por el Espíritu Santo. Es decir, lo que se haga a un hombre o mujer de Dios, que solo son atalayas del cielo, eso repercute en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cuando los profetas iban a recibir sus frutos, no eran bien recibidos; al contrario, lo herían y mataban.
El Altísimo Padre es quien premia a sus trabajadores, es quien paga y honra. Pero los fariseos no lo aceptan y nunca van a entender que es Dios quien está en el asunto.
La cita bíblica señala que el Padre envió a unos siervos primeros, estos sufrieron las afrentas; sin embargo, Dios envía a su hijo pensando que lo iban a respetar. Y se produjo más bien en el alma de los labradores ( los líderes religiosos ) un despertar de ambición y por darle continuidad al poder.
Sabían que Jesús era el hijo de Dios, el heredero, el Mesías de Israel y, que dándole muerte ( los líderes de aquella época mataron a Cristo, eran asesinos), podían seguir en sus maldades. Lo que no saben que más bien ellos mismos desataron para sí su propio látigo. Porque el bien siempre vence al mal.
Sí se puede amigo lector (a), es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: Dios bendiga a todos los que quieren la tranquilidad en general, eso Dios lo ve con agrado. Quiero bendecir la vida de los líderes espirituales y sociales del país, en especial a los de Puerto Cabello.
El abogado y amigo José Antonio Manzano, líder de la Alianza, AD y otras organizaciones, aspirante a la alcaldía de la ciudad porteña lo bendigo, y le deseo lo mejor. Pienso que por su perseverancia política y deseo de hacer lo bueno pudiera ser galardonado, poner a Dios primero. Salud.
Por Lister Monteverde
monteverdelister@gmail.com
