Crónica del pasado: El mocho Montenegro
Opinión.- Nuestra historia está llena de personajes interesantes, pero lamentablemente los cronistas e historiadores reducen en sus escritos a un puñado que, si bien seguramente fueron los más descollantes, tuvieron a su lado, o bajo sus ordenes, a otros que permanecen casi olvidados y merecen ser recordados, aún más cuando sus acciones contribuyeron a forjar nuestro destino y los venezolanos de hoy somos sus herederos.
Dijo en una oportunidad el gran médico e historiador carabobeño Fabián de Jesús Díaz:
“Debemos contarnos nuestra propia historia, debemos cultivar en nuestra memoria el recuerdo de quienes nos precedieron y guardar sincera gratitud por sus ejecutorias, las cuales, al fin y al cabo, son las que nos han servido para ser lo que somos”. Hoy queremos recordar al comandante Pedro Valentín Montenegro, “El Mocho Montenegro”.
Oriundo de Guanare, se casa en 1811 con la caraqueña María de los Dolores Olivares unos pocos meses después de que es declarada la independencia.
Montenegro se encuentra incorporado a las huestes de Simón Bolívar desde los tempranos tiempos de la Campaña Admirable, en 1813, combate en Niquitao el 2 de julio de 1813, en Bárbula el 30 de septiembre, donde muere el comandante neogranadino Girardot. Fue esta la primera vez en que soldados europeos combatían contra los insurgentes americanos porque, anteriormente, las tropas del rey eran casi exclusivamente de venezolanos.
Esto es algo que se cuenta poco. Los realistas se retiraron hasta Trincheras, donde los esperaba Monteverde con el grueso de su ejército. Entonces, en el poblado de Trincheras, el 3 de octubre es cuando Bolívar ordena que sus tropas, comandadas por el neogranadino D’Luyar, salgan a enfrentar a los realistas que se encontraban en Trincheras, antes de que pudieran refugiarse en Puerto Cabello.
“¡Vaya usted a vengar a su compatriota Girardot!, le ordena el Libertador al joven oficial colombiano (neogranadino)”.
Días antes en septiembre, en Puerto Cabello, el comandante realista Domingo Monteverde, capitán general de Venezuela, había recibido los refuerzos de un regimiento de europeos, el Granada, que sumaba a sus tropas de pardos venezolanos adictos al rey, con las cuales trató de avanzar hacia Valencia. Luego de cinco horas de cruento combate en Las Trincheras, a medio camino entre Valencia y Puerto Cabello, las tropas del rey tienen que emprender la retirada para no ser destruidas.
Hay gran cantidad de bajas en ambos bandos: el parte oficial del ejército libertador habla de tres capitanes españoles muertos, y lo que es más importante, Domingo Monteverde, el comandante en jefe de las tropas del rey, ha recibido un grave balazo en la cara, que le entró por la boca y le voló la quijada. Inutilizado y casi desvanecido, fue llevado en una hamaca al puerto, cargado por cuatro soldados. Desprestigiado y lesionado, a Monteverde no le quedó más remedio que entregar el mando e irse de Venezuela.
Pero en el bando de los insurgentes también hubo muertos y heridos. Entre estos últimos queremos mencionar al teniente Pedro Valentín Montenegro, quien recibe una gravísima herida que casi le causa la muerte y le tienen que amputar un brazo, de allí que se le conoció como “El Mocho Montenegro”. Así lo informa el general Rafael Urdaneta en el Boletín del Ejército Libertador el 4 de octubre de 1813: “Por nuestra parte han sido heridos los beneméritos oficiales ciudadanos capitán Pedro Salias, tenientes Pedro Montenegro, Ignacio Luque, Francisco Colón y los subtenientes Manuel Almeida y Miguel Monagas con once soldados muertos y treinta heridos”.
Una vez recuperado, vuelve a tomar las armas y en el archivo de “Ilustres Próceres de la Independencia” aparece como comandante de armas de San Carlos en los años veinte del siglo XIX. Luego se radicó en Valencia, a donde trajo a su familia compuesta por su esposa y sus hijos Juan Bautista, José Rafael y Rafael.
@luishmedinac