Luis Heraclio Medina: La primera celebración de Carabobo
Pero es en 1886 cuando se tiene el primer registro de una celebración en el glorioso campo
Opinión.- Nosotros, nuestros padres y nuestros abuelos han conocido las celebraciones que se hacen tradicionalmente todos los años el 24 de junio en el Campo Inmortal de Carabobo para conmemorar el aniversario de la batalla del año de 1821.
Posiblemente todo valenciano haya ido por lo menos una vez en su vida a esos extraordinarios desfiles que se realizaban en el lugar. ¿Pero se ha preguntado usted desde cuándo se celebran los aniversarios de la batalla allí? ¿Cuál fue la primera vez?
Sabemos por las crónicas que algunos próceres de la independencia celebraban el aniversario de la batalla en sus hogares, cuarteles o donde estuvieran, pero parece que ninguno de ellos regresó al Campo de Carabobo en fecha del aniversario.
Al año siguiente en el lugar de la batalla lo único que había eran unos huesos quemados de soldados caídos, según reportaba un periodista de la publicación de habla inglesa “THE MONTHLY MAGAZINE”, que pasó por el lugar rumbo a Valencia.
Pero es en 1886 cuando se tiene el primer registro de una celebración en el glorioso campo. El diario “La Voz Pública” da cuenta de que aquel año un famoso músico de Valencia, Francisco Ricardo Lozada, director de la no menos famosa “Banda Filarmónica Santa Cecilia”, integrada por industriales y artesanos de la ciudad, organizó la pomposa celebración.
Todo empezó el día antes, el 23. Hay que recordar que en aquellos tiempos no había ni autopista, ni carretera, sino unos rudimentarios caminos para los caballos o carretas. Luego de recorrer las calles de la ciudad entonando el Himno Nacional y al sonar de los fuegos artificiales, la Banda Santa Cecilia, en siete coches de caballos debidamente adornados inició la romería hasta Carabobo.
Detrás de las carretas innumerables jinetes a caballo, mula o hasta en burros. Por todo el camino los campesinos a la puerta de sus ranchos los saludaban y lanzaban flores. Se levantaron dos arcos de palmas y flores para saludar a los peregrinos: uno en Tocuyito y otro en Barrera.
A las seis de la tarde llegaron a pasar la noche en “Las Manzanas”, lugar que hoy conocemos con ese mismo nombre, muy cerca del actual monumento y donde en 1821 La Torre había instalado su campamento.
Al amanecer del 24 al son de la diana, músicos y público recorrieron el campo, hasta llegar a la “Columna de Carabobo”, también conocida popularmente como “El Palo de Bolívar”, primer monumento levantado por los venezolanos para celebrar la batalla.
Era un tosco tronco de árbol, torneado y de unos diez metros de altura, sin inscripción o adorno alguno. No se sabe quién ni cuándo ordenó su emplazamiento allí, pero para la ocasión se había decorado con palmas y pabellones tricolores.
Francisco Ricardo Lozada ordenó izar nuevamente el pabellón nacional mientras las notas del Gloria al Bravo Pueblo se dejaban escuchar, y los asistentes atendían con reverencia.
Invitado especial para el acto fue Fernando Bolívar, sobrino del Libertador y quien vivía en Valencia, ya bastante anciano, quien derramó lágrimas en el lugar.
Luego fue interpretada la marcha “Batalla de Carabobo” del maestro Rius. Lozada pronunció el discurso de orden y seguidamente se sirvió un banquete popular. Quince muchachas de los alrededores no perdieron la oportunidad para ponerse a bailar al son de los ritmos populares de la época.
A las doce se inició el retorno, que fue interrumpido en Barrera donde un parroquiano tenía un obsequio para los participantes y luego en Tocuyito se les brindó una ternera.
A eso de las cinco de la tarde estaban llegando al oeste de Valencia, hacia El Palotal, desde donde la “Santa Cecilia” empezó a tocar nuevamente su música hasta llegar a la Iglesia Matriz, hoy Catedral, donde se ofreció una misa solemne (tedeum).
Seguidamente se depositaron gran cantidad de ofrendas florales en honor a los participantes en la batalla.
La banda “Santa Cecilia” recibió innumerables felicitaciones, incluyendo telegramas de los descendientes del general Páez, que vivían en Caracas.
Seguramente el gran éxito de esta celebración motivó al Gral. Hermógenes López, para que poco tiempo después decretara la erección del monolito de la Plaza Bolívar, en honor a la batalla.
@luishmedinac