Arnaldo Rojas: Bolívar Coronado, luces y sombras
Imposible no recordar a este personaje pintoresco cuando se cumplen 141 años de su nacimiento
Opinión.- Imposible no recordar a este personaje pintoresco cuando se cumplen 141 años de su nacimiento. Rafael Bolívar Coronado sorprende con suficientes razones para ser incluido en la historia insólita de Venezuela y probablemente un caso único en la literatura mundial. El 6 de junio de 1884 nace en Villa de Cura, estado Aragua, con firmes aptitudes literarias se dedicó desde temprana edad a la escritura. Llega a Caracas en 1912 y comienza a canalizar sus inquietudes intelectuales colaborando en las publicaciones más importantes de la época; El Cojo Ilustrado, El Nuevo Diario, El Universal.
Conoce a Pedro Elías Gutiérrez y le escribe el libreto de su próximo gran estreno musical, la zarzuela Alma Llanera, estrenada en 1914, que fue un éxito tan rotundo que la canción final pasó a convertirse en el segundo himno nacional.
El dictador Juan Vicente Goméz lo premió con una beca para España. Es allí donde comienza el caos literario y existencial de Bolívar Coronado ya que se dedica a escribir y publicar con seudónimos, algunos inventados, otros eran los nombres de importantes escritores venezolanos muertos y vivos y los vendía a las editoriales.
Un hombre con más de seiscientos nombres, así tituló el historiador Rafael Rodríguez Castellanos el libro en que da cuenta de todos los nombres (entre inventados y usurpados) que utilizó.
El escritor venezolano Rufino Blanco Fombona lo empleó como colaborador de la recién fundada Editorial América. Se le encargó la transcripción de manuscritos relacionados con la conquista y colonización de América que se encontraban en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Era tal su osadía que, sin poner un pie en dichos archivos, entregó para su publicación cinco crónicas firmadas por supuestos historiadores. También obras de Rafael María Baralt y Agustín Codazzi, entre otras tantas, que tan solo eran sus fabulaciones.
Las falsificaciones fueron descubiertas, causando gran escándalo y la furia de Blanco Fombona. Huyó a Barcelona en donde continuó con sus invenciones. En defensa por su conducta divertidamente delictiva, dijo: “como yo no soy nadie en la república de las letras, tengo que esconderme detrás de los nombres de otros más famosos, porque yo no puedo permitir que me salgan telarañas en las muelas”.
Finalmente, Blanco Fombona se cansa de perseguirlo y lo perdona. Entonces, le publica su libro “Memorias de un Semi Bárbaro”, aunque no con seudónimo, sino con la firma auténtica de quien siempre pretendió esconderse en el olvido.
Rafael Bolívar Coronado, uno y múltiple, genio del ardid literario, muere en Barcelona, España, el 31 enero 1924, a los 39 años, por causa de la pandemia de gripe española. Quedan sus luces y sombras para una vida de novela.