Opinión
Crónica del pasado: 6 de junio de 1962; El cementerio militar de Carabobo
Días antes, el 2 de junio estalló en Puerto Cabello el movimiento conocido como “El Porteñazo”
6 de junio de 2025
Opinión.- En casi todos los países hay cementerios militares donde reposan los restos de los guerreros caídos defendiendo sus patrias o sus instituciones. Son famosos los cementerios en Normandía, Francia, con los restos de miles de soldados caídos en junio de 1944 en la invasión que puso fin a la segunda guerra mundial o el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia, Estados Unidos, el cementerio militar más grande del país, con más de 400.000 veteranos enterrados. 

También en España está el famoso Valle de los Caídos, que es un monumento y cementerio situado en San Lorenzo de El Escorial, cerca de Madrid, para conmemorar a las víctimas de la Guerra Civil Española y, en su origen, fue pensado como un lugar de enterramiento para los soldados y civiles de ambos bandos. Pero pocos saben que en nuestro estado, muy cerca de Valencia, tuvimos el primer -y por mucho tiempo único- cementerio militar de Venezuela, inaugurado exactamente hace 63 años, el 6 de junio de 1963. Días antes, el 2 de junio estalló en Puerto Cabello el movimiento conocido como “El Porteñazo”, una insurrección promovida desde el extranjero por la Cuba comunista y con participación de extremistas de izquierda venezolanos, entre guerrilleros y militares infiltrados. 

En esa oportunidad se alzó el Batallón de Infantería de Marina “Rafael Urdaneta”, acantonado en Puerto Cabello, contra el gobierno constitucional de Rómulo Betancourt, elegido en las votaciones de 1958.

El gobierno rápidamente envió fuerzas leales a sofocar la rebelión. Una de las primeras unidades en llegar a Puerto Cabello fue el “Batallón Carabobo”, del ejército, acantonado en Valencia, que con tropas de infantería protegidos por tanques avanzaban por el centro de la ciudad, cuando en el sector “La Alcantarilla”, fueron ametrallados sorpresivamente por los guerrilleros y militares insurgentes que se encontraban ocultos. 

Allí murieron docenas de soldados venezolanos, jóvenes conscriptos, por las balas de sus compatriotas alentados por la extrema izquierda. El total de muertos en los enfrentamientos ascendió a unos cuatrocientos. Es así que el gobierno apresuradamente decreta la construcción de un cementerio militar en el Campo Inmortal de Carabobo, a un costado del Arco del Triunfo de la Batalla de 1821. Había que, de manera urgente, darle cristiana sepultura a estos hijos del pueblo, caídos en el cumplimiento del deber. 

El día 6 de junio tuvo lugar la dolorosa ceremonia, donde los soldados fueron inhumados junto al lugar donde ciento cuarenta y un años antes otros soldados venezolanos habían caído, también, luchando por la libertad. Al acto se dieron cita, a las diez de la mañana, el presidente Betancourt, el presidente del Congreso Luis Beltrán Prieto, los comandantes de las cuatro fuerzas armadas, los gobernadores de Carabobo y Aragua. También estuvo presente Mons. José Alí Lebrún, obispo de Valencia, quien bendijo el cementerio y de inmediato se procedió a conducir los féretros de los caídos, cada uno de los cuales era llevado en hombros por sus compañeros de armas; a su lado, una guardia de honor, a la vez que una bandera tricolor cubría cada urna. 

Luego se leyó la resolución de ascensos y condecoraciones post mortem a varios oficiales, y el capellán militar pronunció una oración. Se escucharon salvas de artillería y cinco aviones de la Fuerza Aérea rindieron homenaje póstumo a los caídos.
El acto concluyó con un impresionante desfile de cadetes de las cuatro fuerzas, efectivos del ejército, paracaidistas y efectivos de la infantería de marina con estandartes de luto, ante miles de personas, entre familiares de los difuntos y público en general, que viajaron hasta Campo de Carabobo para presenciar el luctuoso acto.

En 1971, con motivo de las reformas y ampliaciones del Monumento de Campo de Carabobo, el cementerio fue removido y los féretros fueron trasladados a otro lugar. Pero todavía allí una enorme y sobria cruz de concreto nos recuerda a los jóvenes conscriptos caídos en aquellos tiempos, por defender la democracia y la constitución.

@luishmedinac
Sigue la información minuto a minuto en nuestro Telegram Instagram Facebook Twitter ¡La noticia en tus manos!
VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Luis Heraclio Medina C.