Ahí el Ágora: Una sociedad vestida por Jesús
La voluntad de Dios es que siempre estemos bien, sanos físicamente
Opinión.- Jesús restaura al hombre en lo espiritual, en lo familiar, Cristo es el mayor restaurador de la sociedad. Nuestro amado es el perfecto experto en volver todo nuevo después de pasar por situaciones precarias. El Eterno es quien nos devuelve la identidad, siempre existirá en el corazón de Dios el más genuino deseo de construir con solidez.
La voluntad de Dios es que siempre estemos bien, sanos físicamente, mentalmente, prosperado en el alma y en el resto de las demás cosas. Existen situaciones en el camino que son adversas y que pueden constituir un proceso o una prueba.
Por supuesto el estar del otro lado de la franja de salvación, estar lejos del plan de amor y negar que en Jesús está la vida, se puede caer en el vacío que gobiernan las entidades espirituales contrarias, que se pudieran convertir en un tormento. De manera tal, para que una sociedad que actúa con disparate, con cadenas en el alma, desnuda o desprovista de todo atuendo celestial, pueda alcanzar libertad, es necesario tener un diálogo con el Maestro.
Y vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la Legión, sentado y vestido, y en su juicio cabal. Marc.5:15.
Tres elementos importantes: Sentado, vestido y en su juicio cabal. Cuando Dios envía liberación por medio de Jesús, con esta intervención inmediatamente viene una mejor compostura. Si antes alguien estaba por el suelo sin poderse levantar porque era presa de las tinieblas, cuando llega Cristo, comienza a cambiar el ambiente.
Cuando una sociedad está siendo azotada por espíritus antagónicos, existe la posibilidad que esa sociedad esté desnuda, mostrando su vergüenza y sin poder alcanzar la vestimenta fina que nos ofrece el Señor. Ese hombre (el Gadareno) que estaba atormentado, desnudo, violento, y que actuaba con locura, fue encontrado por el único que tiene el poder absoluto para liberar, pudo este hombre luego sentarse y comenzar a ver las cosas desde otra perspectiva, fue libre.
Cuando las familias son víctimas de los desafueros espirituales y son golpeadas por las representaciones contrarias a las leyes divinas, normalmente está desnuda, se le extravía la defensa, muchos miembros que componen un núcleo familiar pudieran ser objeto de ataduras malignas; es por eso que muchas veces se observa actuar a algunos con la vergüenza baja y de manera escandalosa. Son prisioneros.
Cuando nosotros veamos a alguien que está actuando de manera anormal, con acciones lúgubres y además con violencia no solo contra otros, sino contra sí mismo, es muy probable que esté siendo víctima de fuerzas demoníacas, y estas fuerzas muchas veces se clasifican según los rangos y cantidades que esté operando en una cabeza y cuerpo determinado. El hombre atormentado tenía legiones; es decir, muchos, esto incluye al principal y otros de menores rangos, que lo atormentaban.
Dice la cita que luego que Jesús lo liberó estaba en su juicio cabal. Esto quiere decir que mientras estaba atormentado no había juicio ni responsabilidad en sus acciones, porque era dominado por las tinieblas. No importa cuán educada esté una familia, una persona o una sociedad. Una vez que viene Cristo a nuestras vidas nos daremos cuenta que, aunque haya cierta educación o juicio, nunca lo tendremos completo, hasta que llega Jesús. El juicio, la lucidez, la comprensión y un mapa mental y conceptual con sus demandas mejora, es una vez que llega el Maestro de los maestros a nuestras vidas.
Solo en Cristo la sociedad puede vestirse, vestirse con su su amor, salvación, podemos vestirnos con un vestido fino cuando entendamos que no son nuestros propios esfuerzos para construirnos el traje a la manera y antojo personal. Dejemos que sea Dios quien nos entregue el traje que está hecho a la perfección y a la medida de cada quien, Cristo sabe cómo ayudarnos de manera eficaz. Que el sano juicio nos lo entregue Él.
Sí se puede amigo lector (a), es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: Jesús nos ofrece su mente 1 de Cor. 2:16. para saber cómo piensa Dios y así poder actuar según sus deseos, que son buenos.
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