Opinión.- Un Mayo histórico. La icónica fecha, la inolvidable jornada electoral del 25 de mayo se ha colocado, con inédita fuerza, no solo dentro del encendido calendario patrio, sino que retumbará, de manera incesante, en el espíritu y alma de todo un comprometido pueblo, ese mismo que ha decidido diseñar su definitivo porvenir y contribuir a la definitiva consolidación del amplio territorio nacional. Los resultados anunciados, de manera responsable, por el máximo órgano comicial, nuestro Consejo Nacional Electoral, proporcionaron cristalina cuenta de la irrefutable e incuestionable victoria de un proceso revolucionario que más que una expresión partidista o política, se ha convertido en un entrañable sentimiento popular, un renovado credo y profunda creencia. La revolución acompaña y diseña el destino mismo de esta patria. Pero la emblemática fecha del 25M estuvo precedida de un excepcional esfuerzo por parte de la siempre consecuente base y militancia de la primera expresión partidista del país, como lo constituye el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y demás calificadas expresiones de los diferentes movimientos del blindado proceso revolucionario, que desarrollaron una impecable campaña electoral, acudiendo al llamado y encuentro del ciudadano para escuchar la voz sabia del común y asumir conjuntamente el nuevo desafío electoral. El fascinante escenario, que decantó con la aplastante victoria del 25M, igualmente estuvo acompañado con sólidos liderazgos regionales, todos bajo la suprema instrucción e itinerario del presidente Nicolás Maduro que no descansa en la ardua y compleja labor de proclamar la soberanía e independencia de Venezuela ante los estériles esfuerzos, estimulados por un insolente e inadmisible dictado foráneo, por tratar de trastocar el definitivo rumbo de este país, que siempre estará tutelado por la sangre y visión de sus propios libertadores. De allí que los resultados del trascendental 25M representan el ineludible mandato para que Nicolás Maduro siga gestando el sendero por donde transitará esta patria, son la ratificación de su paso, es el profundo arraigo de su visión que se ha instaurado, para siempre, en la memoria colectiva de esta nación.

Carabobo y su tiempo. Nos correspondió, en una suerte de privilegiados testigos, observar el febril desarrollo de la campaña electoral que culminaría con la realización de los comicios donde se elegirían el primer mandatario de esta histórica y céntrica entidad federal e igualmente nuestros representantes ante la soberana Asamblea Nacional y los legisladores que conformarán el Consejo Legislativo Regional. Y allí, precisamente allí, volver a toparnos con la figura y liderazgo de Rafael Lacava, indiscutible referencia e insustituible apóstol de la doctrina del “Nuevo Carabobo”, esa misma que se ha instaurado desde aquel emocionado juramento ante el altar de la patria en el inolvidable año 2017 y que ha sido el excepcional soporte para la transformación de este estado, que en la actualidad se presenta como comprobado ejemplo dentro del contexto nacional. Lacava, con su característica fortaleza, diariamente lograba multiplicarse para llevar su categórica voz, su enfático mensaje a todos los municipios de la región. Nuevamente irrumpía hasta en los más recónditos espacios y calles para ratificarle al común su indeclinable compromiso. Para Lacava no hay espacio para la duda y como resultado de su esfuerzo y sacrificio Carabobo hoy se erige, nuevamente, en su exacta dimensión, desbordante esplendor e insigne huella. Rafael Lacava ha reivindicado el trascendental hecho que en Carabobo nació Venezuela. Con su encendido verbo Lacava incesantemente repetía “Soy un defensor de la reconciliación de nuestro estado; creo en esa reconciliación porque cada día que pasa, quienes no quieren que los venezolanos vivamos tranquilos y en paz son cada día más imperceptibles, ya la gente no se deja engañar, a partir del 26 de mayo tenemos que convertir a Carabobo en plan piloto de la reconciliación nacional, todos tenemos que estar unidos en base a un objetivo que es que el país avance, que el estado Carabobo avance, creo que no hay dudas del líder político que tiene el estado, y ese líder político quiere gobernar para todos los carabobeños, Carabobo es un gran estado y representa una indiscutible referencia nacional para este país” y llegaba a señalar con vehemencia “De la mano del Presidente de la República hemos hecho posible muchas cosas en este estado y vamos a seguir haciéndolas posible. Nicolás Maduro me lo ha dicho: Carabobo será por siempre un estado transformador”. Rafael Lacava, el mismo que lleva a su Puerto Cabello hasta en los tuétanos, asume su tercer periodo como primer mandatario regional con un 88% de incondicional respaldo popular. Asume este nueva etapa con la misma convicción que lo acompaña desde hace décadas, su objetivo no es otro que entregar su propia vida para el óptimo desarrollo de Carabobo, no hay otra opción dentro de su indetenible espíritu, porque Carabobo es patria y así volver a convocarnos nuestra memoria para recordarnos: “La patria, amigos, es un acto perpetuo como el perpetuo mundo. Nadie es la patria, pero todos lo somos. Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese límpido fuego misterioso”. Y esa es la verdad.