Opinión
Ahí el Ágora: Sin murmurar ni criticar a Dios
Los propósitos de Dios son divinos, excelentes como perfectos. En los planes del Altísimo no hay margen para las equivocaciones
27 de mayo de 2025
Opinión.- Los propósitos de Dios son divinos, excelentes como perfectos. En los planes del Altísimo no hay margen para las equivocaciones, los que nos equivocamos somos nosotros, porque somos personas limitadas, en cambio nuestro amado Dios es ilimitado, es eterno, es infinito, es el mismo ayer, hoy y por los siglos, el Todopoderoso.

No podemos dudar que los pensamientos de Dios son de paz y no de mal, son de bien Jer. 29:11. Siempre Dios está pensando en hacernos bien, en ayudarnos, no así, los hombres o cualquier circunstancia. No siempre las personas querrán dar auxilio cuando más lo necesite, habrá hombres y mujeres con corazones nobles, llenos de amor que sí desearán siempre lanzarte un salvavidas o darte las soluciones, sí los hay, cuando tienen temor de Dios y aman al prójimo.

En Dios, en su palabra está el alimento, la medicina y todo lo que necesites. Siempre Dios en sus proyectos te ha tomado en cuenta para darte bendiciones. Nos dio a su hijo, la ofrenda más grande, el pan que quita el hambre, el agua que quita la sed para siempre, es decir, Jesús, ha sido el más importante regalo dado al mundo para que todos por igual podamos en Él salvar y prosperar nuestras vidas.

Es muy importante señalar, que aunque nuestros Señor sea el acontecimiento más impactante y más sublime, hay aún quienes repiten hoy día, la más arrogante actitud en sus acciones y burla como en aquellos tiempos hacia todo lo que representa el hijo de Dios. Nada de eso es justo, sabiendo el singular sacrificio que hizo nuestro Cristo.

Murmuraban entonces de Él los Judíos, porque había dicho, Yo soy el pan que descendió del Cielo, Jn. 6:41. Muchos quienes le seguían lo hacían con un marcado interés en su corazón de recibir algún beneficio que le saciara sus vidas terrenales, pero Jesús más que quitarle las insatisfacciones del estómago y muy carnales, nuestro Señor quería que lo recibieran y lo siguieran por las grandes provisiones espirituales.

Nuestro amado Cristo no tiene ningún problema en darnos sus mejores bendiciones materiales, físicas, sin embargo, Él es más que eso, una simple respuesta material, el Maestro es la fuente eterna de las provisiones.
 
Las quejas, las murmuraciones como grandes pecados del pueblo de Israel, fueron en ese entonces y es hoy día un indicador de gente que es casa rebelde. Personas en rebeldía constante, de manera activa y demostrativa, como los rebeldes pasivos, -estos pasivos son, los que no se muestran rebeldes de manera frontal, pero lo son de manera sigilosa, por debajo de la mesa-.

Ellos -los Judíos- sabían muy bien porque conocían la palabra, ellos no es que no entendían a Jesús, ellos estaban claros en el verbo directo y valiente de nuestro Señor, pero sus corazones eran dominados por la rebeldía, intereses y contrariedades. Personas que no aceptan la superioridad y la palabra revelada que es en sí mismo Jesucristo.
 
Aun entendiendo y viendo a Jesús actuar con los principios de Reino aquí en la tierra, aun así, se rebelaron, contra Dios. Sus terquedades hicieron que cayeran en la densa y oscura incredulidad. No creyeron que Jesús, hijo de José y María con hermanos común y corrientes hablaran así. Este tipo de acciones y reacciones por parte de las distintas sociedades aún son vistas. Todavía existen murmuradores que por sus incredulidades no podrán alcanzar lo que Dios mismo desea darles, sus bendiciones. Dios desaprueba que por ser incrédulo no puedas aceptar la verdad que son sus promesas.

Muchas veces cuando elevo quejas, murmuraciones chismes, estoy magnificando y dando más importancia al pasado nefasto de donde Dios nos sacó y seguimos mirando para atrás. Son incontables los momentos que las misericordias del Señor nos han alcanzado para nuestro bien. En Éxodo 16, Moisés les dice al pueblo que Dios le daría carne en la tarde para comer y pan en la mañana, porque Dios oyó las murmuraciones. Qué triste es murmurar, quejarnos de Él, cuando más bien la bandera del agradecimiento se debe enarbolar. Mientras nos quejamos, nos quedamos atrás, y despreciamos lo que tenemos delante, que son las más grandes y tiernas bendiciones del cielo.

Sí se puede amigo lector (a), es por aquí la plaza pública comunicacional.

Otrosí o nota: Bendita sea la familia que en lo poco es fiel y agradecida a Dios. Bendito sea el país que en lo poco y en la incertidumbre retoma sus principios y avanza. Venezuela es un país de paz.
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Lister Monteverde