Ahí el Ágora: Saber invertir, obedeciendo a Dios
La indigencia o pobreza hacia el rico no necesariamente es material, pero sí es, de manera real, una indigencia espiritual
Opinión.- Proverbios 22: 16, la aseveración de lo que ya está en la palabra de Dios, su fiel cumplimiento tiene. En esta cita, anunciada al principio dice: El que oprime al pobre para acrecentar sus ganancias, y el que da a los ricos, ciertamente se encamina a la indigencia.
No tiene sentido de ninguna forma, colocar la balanza a favor de los que tienen las mayores posibilidades o los más gruesos instrumentos para salir de un atolladero. Siempre por sentido común debemos mirar a los que no tienen las provisiones básicas para vivir bien.
La indigencia o pobreza hacia el rico no necesariamente es material, pero sí es, de manera real, una indigencia espiritual. El indolente o malvado, cuando actúa de manera inmisericorde en contra de los humildes, para favorecer a los ricos, ya lo dijo Dios en Proverbios, estos tendrán una cita con la pobreza espiritual.
Favorecer a los ricos o darles los dones solo a los que ya tienen suficiente y que pueden vivir muchos años holgadamente, para congraciarse alguien, no es bueno, ni producirá los resultados requeridos, es decir, muchos de esos regalos, serán olvidados y hasta desperdiciados. En cambio, el pobre recuerda y agradece.
El dador irresponsable que solo está pendiente de enriquecer más a los que están abarrotados de bienes materiales, corre el riesgo de empobrecerse, porque violentó linderos espirituales que no debió violentar. A los ricos lícitos, si hay que apoyarlos en algunos eventos donde se requiera el reforzamiento de su riqueza para proyectos de inversión, y en aras de un beneficio a la nación y hacia las comunidades, eso está bien. Pero quitarles a los pobres solo para acrecentar las riquezas de los ricos, eso está desaprobado.
No es necesario congraciarse con los poderosos económicamente, ese regalo que vayas a dar, mejor es dárselos a los pobres, y tendrás mejores consecuencias, frutos hermosos, esa acción impactará directamente al corazón de Dios, no tengas duda de eso, Él se agrada.
Fíjate bien qué haces cuando te llegan esos impulsos para aumentar las riquezas de los ricos, queriendo alcanzar algo, un reconocimiento personal o un apoyo a futuro. No te preocupes, confía en Dios, pídele a Él, del cielo vendrán las ideas, los diseños para que alcance lo que te haga falta.
En Marcos 11:24 ya nuestro Señor Jesús, acá en esta parte nos manda a confiar y creer que todo lo que pidiéramos al Padre orando, lo recibimos, esa respuesta vendrá. Si necesitamos algo, no recurramos a otra fuente, primero es depositar en oración nuestras peticiones, no comprometamos nuestros corazones, ni creamos que tratando de complacer a los más ricos se tendrá también riquezas. Cuidado con eso, honremos la fe en Dios.
No se puede jugar con el tiempo, hay que saberlo aprovechar, hay muchos momentos difíciles en este transitar a diario. Es injusto delante de Dios hacer menguar a los humildes de la tierra, a los pobres de nuestras ciudades, todo por tener un mezquino capricho de aumentarles las riquezas a los ricos. Es completamente insano espiritualmente, moralmente, sociológicamente y desde todos los puntos de vista querer engordarles las riquezas a los acaudalados, cuando hay abundante necesidad en nuestros barrios, campos y caseríos. Invierte en ellos.
No puede existir distracción, no puede haber desvío ni a la derecha, ni a la izquierda mientras tenemos a los más necesitados, cuando tenemos cerca de nosotros a ese hombre y a esa mujer con sus rostros sudados, gente de a pie, familias humildes a los que se le están cayendo los techos de sus casas, a esa joven parturienta que tiene que sufrir para conseguir los materiales y así tener un parto o una cesárea feliz. Seamos obedientes a Dios, si se tienen las posibilidades materialmente para socorrer a los que gritan desde la mazmorra de la pobreza, hagámoslo, y Dios tendrá contentamiento en su corazón.
Sí se puede amigo (a) lector, es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: Al Apóstol Pablo se le encomendó que se acordara de los pobres, lo cual él procuró hacer con diligencia en Galatas. Y Proverbios 19:17 está una gran Perla. A Jehová presta el que da al pobre, y el bien que ha hecho, se lo volverá a pagar. Hay que inclinar nuestras miradas a los pobres definitivamente.
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Lister Monteverde