Julie de Romero: Los deseos del corazón
La Biblia dice que debes deleitarte en él, entregarle al Señor tu amor
Opinión.- Hace unos días me hicieron una pregunta muy interesante acerca de Dios y los deseos del corazón. Esta misma inquietud la discerní en una conversación grupal donde se enseñaba que Dios concede los deseos del corazón, pero había una insatisfacción que podía degenerar en decepción, porque pareciera que Dios no está haciendo lo que se supone debe hacer, muchos deseos no se están materializando, algunos han tardado más de lo esperado, ¿qué sucede?, ¿cómo hacer para que Dios nos dé lo que deseamos? Incluso hemos cuidado que esta lista de deseos esté dentro de su voluntad o, por lo menos, eso es lo que pensamos.
Este asunto es más profundo de lo que se ve a simple vista, es quizás solo la punta del iceberg. Trataré de explicarlo desde la palabra de Dios y con mucha humildad, desde mi experiencia acerca de esto.
El libro de Salmo 37:4 expresa según la versión NVI “Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón”, leemos según la versión DHH “Ama al Señor con ternura, y él cumplirá tus deseos más profundos” y según la versión TLA “Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas”. Una comparación muy útil del mismo versículo que nos dará más luz acerca de su interpretación.
La primera parte de este versículo dice “Ama al Señor con ternura”. Es la condición indispensable para que se cumpla la segunda parte, “cumplirá los deseos más profundos”.
Te invito a analizar esta primera condición que está en relación directa con nuestro corazón, sus motivaciones, intereses y sentimientos. Jesús recalcó justamente que debemos a amar a Dios con todo el corazón, con el alma, con la mente y con todas las fuerzas.
En cuanto al amor de Dios, está siempre disponible, podemos saber que él nos ama, tener conciencia de ese amor, hasta decir “Dios me ama”, pero quizás no sea correspondido de la misma manera. Pues bien, el detalle es que el amor debe ser probado, medido, evaluado, porque se origina desde nuestro corazón el cual es muy engañoso, puede fingir y hasta falsificar el amor, por eso existe el amor resfriado, el amor interesado, el amor condicionado, el amor vagabundo, el amor frágil que no soporta la prueba o el tiempo.
La invitación es a amar antes de recibir, deleitarte, sentirte pleno antes de tener lo que crees que debes tener, satisfecho pero no conformarte, complacido y agradecido ante de, antes de, antes de…
¿Cómo lograrlo? ¿Cómo lograr que el corazón ame de una manera tan sublime, desinteresada y pura a Dios? Porque el problema no es la añadidura o el deseo cumplido; de hecho Dios desea darnos buenas cosas, tiene diseñado lo mejor para nosotros, nos preparó el camino de bendición por medio de su hijo Jesucristo; el problema radica en la fuente de ese deseo, aunque sea un deseo noble, legítimo, hasta merecido. No se cumple la primera condición.
La Biblia dice que debes deleitarte en él, entregarle al Señor tu amor. Se refiere a pasar tiempos con él, buscarlo, disfrutar de su presencia, seguirlo, conocerlo, anhelarlo, que él sea tu mayor deseo, que él tenga todo tu interés, que te sientas pleno, completo, satisfecho y complacido con su amor, a tal medida que puedas conocer, descubrir, el corazón de Dios y sus deseos, es entonces, cuando podrás evaluar los tuyos, ponderarlos, compararlos con los de Dios y saber si están a la medida de sus deseos.
Entonces anhelarás lo que él anhela, buscarás lo que él busca, desearás lo que él desea y estarás listo para dejarte sorprender por Él ya que siempre superará tus expectativas.
Solo quiero recordarte que Dios no es un cajero automático que tocas un botón y sacas algo de él; tampoco es un asunto de solo portarte bien, para que me dé lo que deseo.
Es deleitarte, disfrutar, hasta olvidarte de tu lista de deseos, porque su amor lo llena todo y te complace de tal manera que esos deseos se convierten en añadiduras, cosas que no sustituyen a Dios en tu corazón. Mantente fiel, ámalo, aunque no veas nada, búscalo desinteresadamente, entrégate sin reservas y simplemente él sabrá cómo sorprenderte. ¿Estás listo?
Ap. Julie de Romero.
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia.
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