Opinión
Ahí el Ágora: Un don con acción produce cambio
En la parábola de los talentos, se prueba al máximo a quienes aprobarán y a los que no
13 de mayo de 2025
Opinión.- El don que es entregado para que, como herramienta lo sepas y debas usar, puede generar cambios en una nación de manera radical, o de manera mas conservadora. Pero de que produce un cambio para mejor cuando lo usas, es cierto.

El don, talento o capacidades dada por el Eterno, es para que lo uses y produzcas lo deseado por aquel quien te lo dio, para satisfacción de otros. Cuando Dios entrega las habilidades e instrumentos lo hace para que sirvamos, no solo a los cercanos, sino a aquellos que están lejos de nuestras fronteras familiares y vecinales.

Cuando se tiene la dicha de servir, es porque Dios nos tomó en cuenta y nos da la oportunidad de serle útil a su obra y propósitos, como a la comunidad donde hacemos vidas. Quiere decir que todos nosotros tenemos la capacidad de hacer algo por alguien que le beneficie y le genere contentamiento, no hay excusas para no bendecir a las personas.

El don te llama a convertirte en un excelente mayordomo, porque la misma dádiva del Señor te va a mandar una señal, que debes entender y aceptar que tienes que convertirte en una persona operativa, activa y jamás pasiva, logrando con esta acción diligente captar el agrado del Padre.

En la parábola de los talentos, se prueba al máximo a quienes aprobarán y a los que no. Mateo 25:14- el autor describe como en esta carrera no todos cumplen las expectativas, no porque Dios ame a unos y a otros no. Sino porque hay un desprecio subyacente de muchos por no entender que cuando no valoramos lo que Dios nos entrega, activamos el botón del rechazo hacia Cristo.

Entonces no es por Dios, el Señor no tiene la culpa. Él entrega 5, 2 y 1 talento a las personas según sus capacidades (esas las ve Él). Nadie puede decir que no tiene algún Ministerio o una responsabilidad de parte del cielo, porque Dios no hace acepción de personas.

Sin embargo, la cita habla de un Señor o un hombre, -es Cristo, desde luego en su primera venida-. Él entrega recursos, llamado o responsabilidad para ser llevada con diligencia, multiplicarlas, florearlas, para satisfacer necesidades. Porque finalmente el Señor pedirá cuenta.

Hay un tribunal al que iremos, queramos o no; allí nuestras obras y frutos serán exhibidos. Entonces no se va a tratar si fuimos tan exitosos, al contrario, allí se ponderará, cúan fieles fuimos. Pero no solo allá, en ese tribunal, aquí en la tierra es fácil de notar, si esos 5, 2 y 1 talento son movidos en el campo de la productividad o en el campo de la vanagloria y cobardía. A cuántas personas le hemos servido y puesto a la orden nuestros talentos o capacidades para socorrer, eso será tomado en cuenta.

La indolencia, el desamor no puede ni debe tener cabida en nuestros corazones, aún en algunos que dicen ser de la fe cristiana se ha notado algunas incompatibilidades. No concuerdan en lo que dicen saber de Jesús, con sus acciones. Sin embargo, es Dios a quien le corresponde emitir su colosal respuesta.

La infidelidad nos coloca en lo más delgado de una cuerda. No es cuántos réditos hayamos logrado, sino todo el esfuerzo que hicimos y la valentía que sobrepusimos para serle fiel a aquel que nos depositó su confianza para administrarles sus bienes. Más vale la fidelidad al Gran Pastor de nuestras almas, -Cristo- que cualquier otra cosa.

El don o regalo de Dios es para exhibirlo como lo más grande y reservado para nuestras vidas; por ejemplo, la salvación de nuestra alma, la salud, las destrezas, la mente de Cristo, las bonanzas espirituales y materiales, todo esto es para servirle a Él como primicia, empero, Él mismo desea y ordena que le sirvamos a otros. Nunca se nos olvide que somos servidores del cielo y de nuestras ciudades. Nuestro comportamiento como persona alcanzada por su misericordia debe siempre estar proclive a mejorarles las condiciones de vida a otros, aun cuando nosotros mismos carecemos de muchas cosas.

No entierres ni menosprecies lo que Dios te ha dado solo por su gracia. Eso que te ha entregado, ese “algo”, no es cualquier “algo”. Es una herramienta, es la posibilidad que tienes en tus manos para multiplicar y convertirte en una antena repetidora del plan de salvación dado a la humanidad. Aunque sea un talento, aunque sea pequeño lo que el Padre te entregó, no lo rechaces, no lo entierres, ni mucho menos ponga como excusa la severidad de nuestro Señor. Las excusas se puede ver como una mentira premeditada, con tal de no servirle a Dios. Seamos fiel con lo poco.

Sí se puede amigo (a) lector, es por aquí la plaza pública comunicacional!

Otro sí o nota: Siguen los desórdenes en las avenidas principales de Las Corinas, Puerto Cabello. Automóviles que son parqueados groseramente en las aceras. Seguimos orando a Dios por estas malas conductas de convivencia. 

Lister Monteverde
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Lister Monteverde