Me empujaste con violencia para que cayese, pero me ayudó Jehová. Sal 118-13
Opinión.- Recordamos que en nuestra infancia casi todas las pistas recorridas fueron de bajones y subidas que removían y hacían cantar las sensaciones propias de la niñez y de la adolescencia. Y esas marcas y notas musicales del alma fueron en su mayoría en la etapa escolar, allí fueron muchas las carreras, las risas, los cachetes sonrojados y hasta empujones, en mis tiempos, eran empujones sin picante y sin ningún fin que no fuera solo para reírse o presumir alguna “superioridad” ante una chiquilla presente, de ahí no pasaba.
Sin embargo, los tiempos son otros. La candidez ha ido menguando en el corazón de muchos. La frialdad, los cálculos y toda esa premeditación que carcome la vida y los sentimientos, han tomado músculo para afrentar y socavar el esfuerzo genuino de otros.
Me empujaste con violencia para que cayese, pero me ayudó Jehová. Sal 118-13. En la versión ampliada, dice: Tú me empujaste con violencia. Aquí el pronombre “Tú”, exhibe al promotor de todos los males en la sociedad, el enemigo espiritual antiguo.
Este personaje oscuro es responsable de las destrucciones en muchas partes del mundo. Cuando personas actúan con maldad, es probable que estén recibiendo una orden del maligno. Aunque hay quienes solo son ellas (las personas) la que deciden actuar mal, sin ninguna intervención aparentemente espiritual.
Cuando se anda desapercibido y ajeno de lo que Dios es y representa en nuestras vidas, es muy probable que la vulnerabilidad se haga notar desde los lentes del enemigo, porque anda alrededor como león rugiente. 1 P 5:8, y en el más mínimo descuido te puede devorar; es decir, Satanás te dará con fuerza para dañarte. Pendiente con eso.
Uno de los principales problemas de Israel y de las Iglesias modernas, es que ponen su confianza en el hombre y no en el Dios de los hombres. Por eso cuando vienen algunos sacudimientos, los daños son evidentes. La única manera que un magnate, un adinerado te ayude, es que sea el mismo Dios quien toque ese corazón, de lo contrario, no ocurrirá.
Todos los días hay batallas, espirituales y de otros aspectos, pero la que más se acentúa son aquellas que son monitoreadas desde el centro de información que dirige el malo. No se puede andar desapercibido, ni negligentemente, porque la persecución es a cada instante y, es imperceptible, pero la hay. Hay quienes te odian gratuitamente, entonces preguntamos, quién está detrás?
La violencia que te puede hacer caer como lo dice el Salmo, es toda circunstancia promovida para destruir; puede ser una enfermedad (aunque Dios siempre quiere que esté sano, es su voluntad). Puede ser algunas envidias desatadas en un sitio de trabajo, puede ser la ambición desmedida de alguien, puede ser las competencias desleales, cualquier cosa que esté al margen de lo puro, es violencia. Un chisme produce el desmoronamiento de algo que costó sudor y mucho amor para construir y, en cuestión de minutos, se cae.
A un atleta se le corona si en todos sus esfuerzos es honesto, sus actitudes son lícitas 2 Ti. 2:5, así como se debe ser correcto en las normas cristianas, respetar los mandamientos del Señor. También se debe respetar todas las normas que se debe cumplir para lograr escalar en la vida, no se puede correr ilícitamente para alcanzar algo, ni se puede empujar con violencia para hacer caer a otros.
Sin embargo, aunque todas las adversidades se te levanten, aunque todas las persecuciones y unidad maligna te azoten, y cual guerra de Armagedón se te amotinen como abejas, no pongas tu mirada en los hombres, pon tu mirada en Dios. Porque aunque te empujen con violencia para sacarte del juego, quien te ayudará es el Señor, quien te dará la victoria es aquel que te levanta la cabeza, es aquel que anuló el acta y decreto escrito en las tinieblas, Dios es quien ayudará.
Sí se puede amigo (a) lector, es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: En la urbanización Las Corinas de la ciudad de Puerto Cabello hay que mantener despejadas las canales, hay mucha maleza y sucio estancando el agua. Específicamente en la calle Polo.
Lister Monteverde