En armonía fetal: Nuestras experiencias prenatales determinan lo que somos
Los seres humanos iniciamos nuestro camino vital en nuestra concepción, en la unión del óvulo y el espermatozoide
Opinión.- Sin lugar a dudas, la biografía de cada persona empieza con la concepción. Guardamos memoria de nuestro primer día de vida y, desde entonces, seguimos siendo el mismo ser que piensa y siente, porque el ser humano es un proceso en el tiempo en continua transformación, exhibiendo comportamiento humano desde el principio.
Las circunstancias que envuelven nuestra vida intrauterina y nuestro nacimiento configuran la estructura básica de nuestra personalidad, limitando la expresión de nuestro ser, ayudándolo a crecer. Inmersos en una profunda crisis mundial de desconexión con los valores humanos fundamentales, es necesario encontrar un punto de apoyo común, para reunir mentes, corazones y acciones hacia una misma dirección.
Hace décadas que se está produciendo un verdadero cambio de paradigma en la psicología, reconociendo que el origen de muchos problemas no radica en la infancia sino en las primeras experiencias prenatales de las personas, hecho que día a día corroboro en nuestra Unidad de Armonización Fetal.
Los seres humanos iniciamos nuestro camino vital en nuestra concepción, en la unión del óvulo y el espermatozoide. Ocurrida la fusión de los gametos, una nueva realidad se hace presente, el cigoto, el cual presenta la identidad genética del nuevo individuo, contando con una programación propia de la que parte el desarrollo de un nuevo ser humano.
Con la fecundación queda definido un nuevo ser humano porque su constitución personal y su constitución humana se encuentra completamente formulada. A partir de ese instante comienza el desarrollo continuo y coordinado de una vida humana, denominada en su primer estadio como “embrión”, que se desarrolla como persona y no hacia el estado de persona.
Así tenemos que el embrión humano, desde ese preciso momento, tiene plena dignidad humana y por tanto pleno derecho fundamental a la vida, el cual merece la correspondiente protección.
A todo lo anterior hay algo importante que requiere una aclaratoria. Ya no se puede seguir hablando de “futuros padres” o de “futuro bebé”, puesto que se es padre o madre desde la misma concepción del hijo o de la hija, y un hijo y una hija ya lo son desde cuando son concebidos; ahí ya están vinculados a papá y a mamá para siempre.
Bajo las anteriores premisas considero, como médico obstetra, como investigador de las emociones maternas, como docente universitario formando psicólogos, médicos, obstetras y doctores, que la educación prenatal debería recibirse antes de la vida en pareja. Esto es educación prenatal EN ARMONIA FETAL.
Gonzálo Medina Aveledo PhD Ciencias Médicas
Médico Obstetra
Investigador de las emociones maternas
Ig. @armoniafetal