Opinión
Vincenzo Caruso: “Empequeñece tu Corazón”
En la vasta tradición filosófica china, esta frase resuena con particular fuerza en nuestra era de sobreestimulación y ansias de grandeza
21 de febrero de 2025
Opinión.- Ayer veía desde mi casa un evento en el que el presidente Nicolás Maduro hablaba del Ego.

Sus palabras me trajeron el recuerdo de la frase china “empequeñece tu corazón “.

En la vasta tradición filosófica china, esta frase resuena con particular fuerza en nuestra era de sobreestimulación y ansias de grandeza.

En una sociedad que aplaude el exceso, la ambición sin freno y la acumulación de logros como medida del éxito, esta idea resulta casi subversiva. ¿Por qué habríamos de reducir, minimizar, hacer más pequeño lo que nos define como individuos?

El sentido de esta enseñanza no es literal, sino profundamente espiritual. En la visión taoísta, el “corazón grande” es aquel que se llena de deseos, miedos y apegos, un recipiente que, lejos de expandirnos, nos esclaviza. Un corazón demasiado grande está abrumado por sus propias cargas , se vuelve más pesado y lo que es pesado se cae. Un corazón más pequeño, en cambio, se vacía de lo innecesario, dejando espacio para la verdadera serenidad.

Vivimos tiempos en los que se nos enseña a hacer crecer nuestra presencia: en redes sociales, en los negocios, en los círculos de influencia. Más seguidores, más poder, más dinero, más reconocimiento. Nos convencemos de que este crecimiento externo es sinónimo de evolución interna. Pero en la cultura china, y en particular en el taoísmo, la verdadera maestría de la vida radica en la capacidad de reducir en lugar de expandir.

Lao-Tsé, el sabio legendario del Tao Te Ching, advertía:
“Para adquirir conocimiento, añade cosas todos los días. Para adquirir sabiduría, elimínalas".

La paradoja es clara: el mundo nos exige crecer, pero el camino de la armonía nos pide desaprender, despojarnos, soltar. Un corazón demasiado grande se llena de expectativas, temores y deseos desordenados; un corazón más pequeño es liviano, flexible, libre.

Empequeñecer no es Empobrecer
“Empequeñecer el corazón” no significa reducirse en dignidad ni en amor. No es encogerse por miedo, sino liberarse de lo superfluo. Significa tomar distancia del ruido externo, de la presión por estar en todas partes, de la obsesión por el control. Es elegir con cuidado qué batallas merecen nuestra energía y cuáles solo alimentan nuestro ego.

En la tradición budista, hay un concepto similar: “la mente del principiante”.Se refiere a la capacidad de mirar el mundo con ojos frescos, sin preconcepciones ni apegos. Un corazón demasiado grande se endurece con certezas absolutas; un corazón pequeño es humilde, sabe que siempre queda algo por aprender.

Tal vez uno de los ejemplos más elocuentes de esta filosofía sea el del anciano sabio que camina con una ligera sonrisa mientras el mundo a su alrededor se agita en guerras y disputas. No es indiferencia ni cinismo lo que lo mueve, sino comprensión. Ha empequeñecido su corazón lo suficiente como para no quedar atrapado en la maraña de ilusiones que atrapan a otros y puede salir más fácil adelante de las situaciones mas complejas por que su corazón no está disperso en vanalidades.

En el fondo, todos aspiramos a una vida más ligera, menos pesada. Sin embargo, nos resistimos a soltar. Queremos paz, pero seguimos acumulando preocupaciones. Queremos felicidad, pero nos llenamos de exigencias.En esa contradicción, la enseñanza china nos ofrece una salida: hacer más pequeño el corazón, para que pueda latir más libremente.

En un mundo que nos empuja a expandirnos hasta el agotamiento, la verdadera revolución es aprender a reducirnos. Porque solo un corazón liviano es capaz de alcanzar la verdadera grandeza.

Por Vincenzo Caruso
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Editoría de Notitarde