En 1791 Fray Manuel Cándido de Torrijos fue nombrado obispo de Mérida, inmediatamente se encargó de la dotación literaria y educativa del seminario San Juan Buenaventura, ordenando que se trajeran libros y materiales específicos de España
Opinión.- Uno de los episodios más curiosos de nuestra historia es que Galileo Galilei (1564-1642), considerado el padre de la ciencia moderna, se hizo presente en Venezuela de una forma muy particular. Un ejemplar de la edición original de su libro “Il Saggiatore”, publicado en 1623, reposa en la biblioteca Tulio Febres Cordero de la Universidad de los Andes.
¿Cómo vino a parar esta joya bibliográfica en nuestro país? Varios especialistas de la Biblioteca Central de la ULA, entre ellos el profesor Marcos Peñaloza Murillo, lograron reconstruir el viaje que hizo al libro hace más de cuatro siglos y los diversos tropiezos que tuvo que sortear para sobrevivir hasta nuestros días.
En 1791 Fray Manuel Cándido de Torrijos fue nombrado obispo de Mérida, inmediatamente se encargó de la dotación literaria y educativa del seminario San Juan Buenaventura, ordenando que se trajeran libros y materiales específicos de España. En 1792 un ejemplar de la primera edición de “Il Sagiatore” de Galileo Galilei pedido expresamente por Fray Torrijos llega al seminario. Lo que resulta muy curioso es que sobre el mencionado libro ya pesaba una medida de censura. A pesar de ello, ¿por qué el religioso lo solicitó? Pudo ser para su lectura personal o para la consulta de los seminaristas. Se cree que no fue el único libro herético que llegó en el cargamento.
El seminario fue la piedra fundacional de la Universidad de los Andes (ULA), casa de estudios que recibió parte de la biblioteca al ser fundada oficialmente en 1810. Reseñan los documentos de la época que, en 1812, el terremoto de ese año destruyó la sede del seminario donde estaba el libro censurado. Transeúntes se adueñaron de los objetos que pudieron rescatar de las ruinas, menos los libros. Durante la guerra de independencia las tropas españolas sitiaron el lugar, vendieron algunos ejemplares y otros los botaron. Mientras que pocos quedaron apilados entre los escombros por varios años. Entre ellos, curiosamente, “Il Saggiatore” permaneció intacto. En el siglo XIX, la ULA recibió este ejemplar -junto a otros de aquellos libros “sobrevivientes” para su biblioteca- y asumió su custodia hasta el día de hoy.
En cuanto al libro, “Il Saggiatore” se traduce al español como “El Ensayador”, quizás como un presagio de todos los esfuerzos que tuvo que hacer el autor. Aparte de su valor como antigüedad que ya alcanza 401 años, tiene una importante significación histórica: la teoría propuesta por Galileo sería la verdadera razón por la cual fue condenado por la Inquisición a prisión perpetua en 1633.
La mitad de la obra es una réplica, en tono de sátira, al sacerdote jesuita Horatio Grassi y su libro “Astronomica ac Philosophica” (1619). Entre él y Galileo había desacuerdos teóricos sobre la formación de los cometas. Galileo era un hombre muy mordaz y descargó elegantemente su ironía en las páginas de su libro. Eso despertó la ira de los jesuitas quienes lo denunciaron ante el Santo Oficio. Pero el libro también contiene reflexiones sobre las propiedades de la materia que contradicen el dogma de la iglesia por lo que se le consideraba un peligro para la fe.
Aunque la historia oficial describe como otras las razones por la cuales fue condenado Galileo, sobran razones para suponer que este libro fue la verdadera motivación de su sentencia.
En un viaje a Mérida vale la pena incluir en el recorrido una visita guiada a la ULA para conocer este libro como turismo bibliográfico.
Arnaldo Rojas