A pesar de ser una propuesta oficialista, cuyo contenido introductorio no compartimos al 100%, nos toca dar el debate frente al país, sobre un instrumento que de todas maneras, será Ley aprobada por la mayoría oficialista del parlamento nacional.
La mayoría de la consulta se ha realizado en planteles públicos, pero se hace necesario también la participación de los planteles privados del país, para conocer su posición. Es un Ley que nos regirá a todos por igual, independientemente de la opinión política que tengamos de este gobierno, por lo cual debemos hacer el esfuerzo en el debate, de proporcionar nuestra visión y posición sobre este asunto. No es simplemente quejarnos de que pueda ser una ley que favorezca la posición oficialista, es dar la argumentación necesaria para que el verdadero proceso de "democracia estudiantil" se de sin discriminación de ningún tipo.
No hay duda que en todos los procesos de cambio socio político que se han dado en la República, los estudiantes siempre han jugado un rol importante con su participación. Vale recordar las luchas de la independencia, y las luchas contra las dictaduras. Por ejemplo en la lucha contra el “Gomecismo” irrumpió una generación de oro, la "Generación del 28" que marco toda la vida política del siglo XX, logrando transformar a la Venezuela de aquel entonces de un país rural, empobrecido, diezmado por enfermedades que truncaba la vida de los venezolanos, a un país industrializado, petrolero, civilizado.
Aquellos muchachos de entonces, comprendieron que la política no es cosa ajena, que se hace necesario participar activamente en ella, para formar parte de los hombres y mujeres que han de construir un país.
Aunque el oficialismo pretende hacer creer que con ellos surgió la verdadera participación estudiantil, los hechos relevantes de los únicos 40 años de gobiernos civiles, que tuvimos los venezolanos dan cuenta de el papel protagónico que jugo la juventud.
Ahora no se trata simplemente de quedarse en el pasado, sino relanzar la mirada hacia donde vamos.
Involucrar aún mas a nuestros estudiantes en la participación y el ejercicio de la ciudadanía activa, para que se consoliden defensores y protectores de una educación como derecho humano, masificada, pero sobre todo de calidad, para que se ha ella, y no las dádivas del estado las que promuevan un verdadero desarrollo socio político y económico.
Participar no sólo dentro del sistema público nacional de educación si no también el privado, en condiciones de igual de todo orden.
Una participación noble y aguerrida, honesta, de rebeldía pero de profunda justicia, ejemplo de libertad y democracia.
Ninguna condición debe ser discriminatoria, ni la raza, sexo, credo, condición social, pensamiento, posición política (esta última muy vulnerada, por este socialismo del siglo XXI) orientación sexual, de género, de discapacidad, o posición de clases. ¡Nada de eso debe separarnos.
Tuve la oportunidad de estar en la Unidad Educativa Simón Bolívar en la Parroquia Altagracia en Caracas, y deleitarme escuchando los argumentos y respuestas de esos jóvenes liceístas y del ultimo grado de la educación básica, al exponer sus inquietudes y visiones sobre la participación estudiantil.
Desde la autogestión para mejorar las condiciones de infraestructura de los colegios y liceos, los intercambios folclóricos y culturales, los Consejos de Estudiantes para que su voz se ha tomada en cuenta, el respeto a las diferencias, no al acoso escolar, libertad de expresión, las luchas reivindicativas, entre otras muchas de la ideas que plasmaron estos jóvenes liceístas, que lucen como futuros parlamentarios y gobernantes del país.
Aspiramos que el debate que demos en la Asamblea Nacional al momento de la segunda discusión, se ha como la que estos jóvenes han dado, ellos son la reserva moral del país, han dado con su participación y sus ideas un claro ejemplo de ciudadanía. Una ley para todos, sin distingo de diferencias, apuntando a la nueva Venezuela. Nosotros los políticos somos los terceros educadores en dar el ejemplo. Se puede dar un debate de altura sin los graznidos de la barbarie.