Opinión
Rubén Limas: Salud Palúdica Africana
Desde mayo 2007 la Asamblea Mundial de la Salud conmemora todos los 25 de abril
30 de abril de 2022
Desde mayo 2007 la Asamblea Mundial de la Salud conmemora todos los 25 de abril Día Mundial del Paludismo o Malaria.

La malaria es una enfermedad infecciosa producida por un parásito denominado Plasmodium, transmitido a través de la picada del mosquito hembra Anopheles. Más de 400 mil personas mueren al año por causa de esta enfermedad y, de ellas, 240 mil son niños.

Existen diferentes especies de este parásito que generan la enfermedad: Plasmodium (P) Falciparum, P. Vivax, son los más agresivos, P. Malarie, P. Ovale y de este, P. O. Curtisi y P.O Wallikeri o P. Knowlesi.

Según un reciente reporte de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), se había reportado un total de 2796 casos de Malaria o Paludismo en Venezuela hasta la semana 02 epidemiológica de este año 2022 en curso.

Una enfermedad erradicada por la democracia civil de los 40 años de vida republicana que transcurrieron desde 1959 a 1999, después del cual llegó una revolución que trajo, entre otra cosas para el país, la reaparición de ésta y otras enfermedades que habían sido erradicadas, además de la desaparición del Boletín Epidemiológico de obligatoria notificación pública cuya publicación por accidente en el año 2016 trajo como consecuencia la destitución de la Ministra de Salud para aquel entonces. ¡Cosas que sólo se ven en revolución!

Lo que sabemos actualmente es lo que reportan organismos internacionales, o portales informativos nacionales o extranjeros.

El estado Bolívar es, sin duda, la parte de país más afectado por esta enfermedad, siendo los municipios Sifontes, Angostura, Caroní y Piar los que reportan mayor incidencia. 56273 casos se reportaron en el año 2021, en contraste a los 232 mil reportados en el año 2020 y los 467 mil del año 2019. Esto ha logrado, lamentablemente, que nuestro país sea de América, el que tenga la tasa más alta de paludismo o malaria. La falta de reporte oficial, las condiciones en las que actualmente se encuentran nuestros hospitales y ambulatorios, especialmente los del interior del país; la explotación ilegal del Arco Minero, así como las condiciones cada vez más creciente de pobreza, contribuyen a que esta enfermedad haya reaparecido en el país.

En pleno siglo XXI, era de la revolución tecnológica y científica, de la medicina robótica, de los avances de la medicina biotecnológica, del descifrado del genoma humano, nosotros los venezolanos nos encontramos aún peleando con la Anopheles ese, que sigue causando la malaria. Según el último informe sobre paludismo de la WHO (World Health Organization), en el 2020 hubo 241 millones de casos de paludismo, lo que causó 627 mil muertes. El 96% de las muertes y 95% de los casos de malaria, se concentraron en África. Nigeria, República Democrática del Congo, Tanzania y Mozambique son las más afectadas.

En el caso de Venezuela, país vanguardia en la lucha contra esta enfermedad, pasamos en los últimos 20 años de 29 mil a 430 mil casos, o sea, 1.400%, la mitad de los casos que ocurren en todo el continente americano; y para el año pasado, teníamos el mayor número de mortalidad por paludismo.

 ¡Una salud palúdica africana! Ahora bien, ¿qué debemos hacer para salirnos de esta suerte mosquitera? Reactivar la publicación periódica del “Boletín Epidemiológico” para planificar, ejecutar y evaluar medidas efectivas para combatir la enfermedad; mejorar las condiciones hospitalarias y ambulatorias, retomar con mucha fuerza "cívico - militar" -para usar el lenguaje del propio gobierno- la otrora política efectiva de "Control de los vectores” y prevenir la infección, reduciendo su transmisión, el tratamiento quimio profiláctico y el uso de vacunas en niños, esta última recomendada por la Organización Mundial de la Salud desde octubre 2021. Estas simples acciones nos pueden llevar, como país, a entrar en la Estrategia Técnica Mundial contra la malaria 2016-2030 de la OMS, actualizada en el 2021, para reducir la incidencia y mortalidad de la enfermedad, formar parte de los países que la logren eliminar e impedir que vuelva a resurgir, obteniendo la certificación de la Organización Mundial de la Salud. Esa es la Venezuela que soñamos y por la cual seguimos luchando.

Por Rubén Limas
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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde