Opinión
Cita con la historia: Diciembre de 1935 la conspiración de Eustoquio
"El gomecismo está liquidado. Vendrán diez años de respeto a la ley, democracia y libertad"
29 de diciembre de 2023
Opinión.- En diciembre de 1935 el dictador Juan Vicente Gómez agonizaba. Por ley le correspondería la sucesión al ministro de guerra y marina, Eleazar López Contreras, apoyado por la institucionalidad militar. López no era bien visto por el “clan Gómez”, encabezados por el presidente de Lara, Eustoquio Gómez, violento asesino y convicto, primo del tirano y el coronel Eloy (a) Indio Tarazona. Eustoquio conspiraba por la presidencia.

López, que conocía bien Eustoquio sospechaba del hombre. Sus informantes lo habían puesto al tanto de las intrigas de Eustoquio con los comandantes militares de Lara y Aragua.

Mientras tanto en Maracay, ante la inminente muerte de Gómez, López convocó a una reunión con los Gómez donde habló explicando que el país caería en la anarquía si no se reprimían las ambiciones personales. Que ejercería sus atribuciones y no toleraría insubordinaciones de nadie, incluyendo a los Gómez.

Mientras, Tarazona preparaba a su gente, reparte armas y municiones para concentrarlos en Maracay; el plan del golpe estaba en marcha…

Los agentes de López le informan todo. El 15 de diciembre llega a López una carta interceptada. Es una correspondencia de Eustoquio dirigida al gobernador de Barquisimeto que dice: “Gómez está muy grave…Dígale a los jefes de los batallones…que deben consular conmigo, no obedeciendo más órdenes que las mías: aún cuando el ministro de guerra les dé órdenes, no deben moverse hasta que yo ordene…Cuando le diga…que nuestra gente se ponga sobre las armas…”

El complot había quedado descubierto. Mientras en Maracay, Tarazona y algunos otros oficiales son interceptados y reducidos a prisión. Horas más tarde Juan Vicente Gómez muere.

Sin pérdida de tiempo López sustituye a los pocos oficiales que consideraba adeptos a Eustoquio por institucionalistas.

Una vez oficializada la muerte de Gómez el Concejo de Ministros designa como presidente a López Contreras, quien decreta la libertad de los presos políticos y autoriza a los exiliados a regresar. Son miles de venezolanos que no quieren para nada a la familia Gómez y que apoyarán al nuevo presidente. “Son un peligro para nosotros” dicen los miembros del gomecismo. A lo que López les responde: “Les doy todas las garantías y facilidades para que abandonen el país. Y les sugiero que lo hagan”

Enterrado Gómez, López regresa a Caracas y se empiezan las manifestaciones en contra de los Gómez. Mientras Eustoquio sale de Maracay a Barquisimeto, pero en la alcabala no lo dejan pasar; decide entonces viajar a Caracas para dar un último y desesperado golpe de mano. Llega temprano y va directamente a ver a López. Trata de reclamar y pedir explicaciones y manifiesta su intención de ir a Barquisimeto. López le informa que ya no es autoridad en Lara, que no vaya, que tampoco debe permanecer en Caracas y le pide regrese a Maracay con su familia. Eustoquio miente diciendo que se regresa para Maracay, pero se dirige con sus escoltas a la gobernación del Distrito Federal. Al llegar observa en la calle a los manifestantes que le gritan:
-“Mueran los Gómez”

Iracundo entra en la gobernación y exige un pelotón de policías para llevárselos a ametrallar a los manifestantes. El gobernador le sugiere que evite problemas y salga por la puerta trasera, para que no lo vean. En eso se recibe una llamada López, que le pregunta por la situación. Cuando el presidente se entera de que Eustoquio lo ha engañado y se ha presentado en la gobernación ordena que lo arresten.

Cuando le dan la orden de arresto, Eustoquio, trata de sacar su revólver, pero le pegan dos tiros. Sin poder hacer uso de su arma, sale del despacho dando tumbos y se arrastra hasta el baño. Al ver a su jefe tiroteado, los escoltas huyen por la puerta de atrás. A los pocos minutos Eustoquio muere. Al saberse su muerte el populacho cae sobre los dos lujosos automóviles de Eustoquio y los incendian. Nunca quedó claro quien fue el autor de los disparos. El gomecismo está liquidado. Vendrán diez años de respeto a la ley, democracia y libertad.

Por Luis Heraclio Medina Canelón


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VÍA NT
FUENTE Luis Heraclio Medina Canelón