Los niños valencianos héroes de la vacuna
La corona española ideó una solución al problema del traslado de las vacunas, que incluía a los pequeños
Opinión.- Un día como hoy,
pero de diciembre de 1803 navegaba en el Atlántico, rumbo a América la la corbeta “María Pita”, que había partido de La Coruña, el 30 de noviembre,
donde viajaban el equipo de la llamada Expedición filantrópica de la vacuna. Era un intento de la corona española por detener o por lo menos atenuar los terribles efectos mortales de las epidemias de viruela, que causaban millones de muertos cada año.
Las primeras vacunas en la historia de Venezuela llegaron por Puerto Cabello poco después, en 1804, A falta de refrigeración para mantener la cadena del frío y conservar los gérmenes la única manera de tener una cadena de transmisión era crear una cadena viva y eso fue el papel de los pequeños recién vacunados que se embarcaron originalmente. Cada niño era un reservorio de vacunas vivo y ambulante. No enfermaba, pero era un reservorio del germen atenuado.
Esa campaña de vacunación fue exitosa, se vacunaron miles de personas, siendo el primer venezolano vacunado un niño de Puerto Cabello. Las autoridades de locales crearon una serie de “Comités de la Vacuna” que se encargaron de vacunaciones masivas y de mantener viva la cepa de la vacuna por varios años, pero siete años después comienza la guerra y con la conflagración desaparecen todas las instituciones y toda manera de organización social; sólo prevalece el salvajismo, la muerte y la destrucción.
Con la guerra vienen el hambre, la desolación y la enfermedad y nuevamente aparece la epidemia de viruela. Pero en paréntesis de paz de tres años que hubo en Valencia entre principios de 1818 y junio de 1821, la región dominada por Don Pablo Morillo vivió un relativo clima de crecimiento y orden y las autoridades se preocuparon por el problema sanitario, en especial por volver al programa de vacunación contra la viruela.
Entre las actas archivadas en el Ayuntamiento de Valencia, figura un documento muy interesante. Se trata de una relación de gastos y pagos del año de 1818, que dice textualmente:
“Nueve pesos que se invirtieron en la conducción de los Niños que fueron remitidos de orden del señor Teniente de Justicia Mayor Doctor Don Josef Antonio Felipe Borges a Puerto Cabello a conducir la semilla de la Vacuna, y un Libro que se formó para llevar las apuntaciones de que se vacunaron en esta Ciudad, y consta de comprobantes que presento…” (Actas del Ayuntamiento de Valencia, Tomo 39 años 1818 a 1820)
¿Pero cómo es eso de niños conduciendo vacunas en el siglo XIX?
Hoy posiblemente nos resulte rara o antipática esta manera de trasladar las vacunas, pero eran otros tiempos y otras mentalidades. Era la única manera de trasladar la vacuna a donde la viruela causaba tantas víctimas fatales.
Se evidencia de las actas archivadas en nuestro ayuntamiento que se hizo el proceso de vacunación con orden llevándose un libro con los respectivos asientos y luego el teniente de justicia mayor, don Josef Antonio Felipe Borges dispone el traslado de un grupo de niños valencianos hasta Puerto Cabello para llevar el germen atenuado que sería distribuido a otros lugares donde causaba estragos la epidemia.
¿Pero quienes eran esos niños?
No hemos conseguido mayor información sobre sus identidades, pero considerando que sus predecesores de 1804 eran niños huérfanos y que sería muy difícil que unos padres permitieran que sus hijos pequeños se separaran de su familia e hicieran esos largos viajes, y por cuanto que en tiempos de guerras, lo que sobraban eran los huérfanos, creemos que debieron ser niños que habían perdido a sus padres en la contienda y que quizás estaban bajo el cuidado del Hospital de Caridad o alguno de los conventos de la ciudad, donde los ofrecieron para que viajaran en la filantrópica misión.
Sólo nos cuentan la historia de las batallas y los guerreros, pero también la gente común, hasta los niños pequeños tienen su lugar importante en la historia, ellos también fueron héroes salvando vidas. Valga este homenaje a aquellos anónimo niños valencianos de 1818.