Cita con la historia: 175 Años de la Candelaria
"El 25 de junio de 1824 el Congreso de la República de Colombia había creado la Provincia de Carabobo"
Opinión.- Este pasado 20 de noviembre se cumplieron los 175 años de la creación de la Parroquia Candelaria por parte de la diputación de la Provincia de Carabobo. Veinticinco años antes, el 25 de junio de 1824 el Congreso de la República de Colombia había creado la Provincia de Carabobo, separando del Departamento de Venezuela en dos Provincias; la otra era Caracas.
Según muchos cronistas, en Candelaria y no en Catedral es donde se inicia el levantamiento de la ciudad de Valencia; es por esto que este sector desde antaño se conocía como “Pueblo Nuevo”. Algunos investigadores han observado en el suelo de ciertas casas muy antiguas de Candelaria los restos de lo que pudo ser una antigua calle muy bien empedrada. También hay que recordar que Valencia se origina como un hato ganadero de Don Vicente Díaz (el verdaderi primer poblador, no Alonso Díaz Moreno) y otro antiguo nombre que recibía Candelaria era “Los Corrales”.
Para la fecha de la creación de la parroquia civil, 1848, todavía el templo no se había concluido. Esta iglesia se había iniciado en 1782, promovida por los canarios de la ciudad, pero tuvo muchos inconvenientes. Uno de los más importantes fue el asesinato de su principal financista, el padre Carlos Hernández de Monagas, lanceado una tarde de 1809, cuando se retiraba del templo, luego de haber inspeccionado las obras de su levantamiento. Apenas 3 años después inició la larga guerra de independencia con todos los trastornos que trajo. Luego vinieron las guerras civiles con iguales consecuencias.
La parroquia, al igual que toda la ciudad tiene un crecimiento lento, pero para mediados del siglo XIX ya han aparecido dos nuevas calles: la Calle del Ganado, que hoy llamamos Michelena y la Calle de La Agricultura, hoy conocida como Rangel. Por estar alejada de la ciudad la parroquia fue elegida para los degredos, es decir, lugares para atender a los que padecían de enfermedades contagiosas, en los tiempos de las frecuentes epidemias que asolaron el siglo XIX (viruela y cólera). Y es en esta jurisdicción donde se establecen los cementerios modernos: primero el de Morillo, luego el del Padre Lovera y finalmente, el Municipal. También es elegida Candelaria para el primer hospital fabricado en la ciudad con criterios modernos y científicos; ese fue el Hospital Civil, levantado a fines del siglo XIX, siendo gobernador el general Félix José Mora. Este nosocomio estuvo ubicado en los terrenos que hoy ocupa el llamado Palacio de Justicia. Años más tarde, en los 40, el entonces modernísimo Hospital Central se edificará también en el territorio de Candelaria.
La rica historia de Candelaria tiene muchas cosas que mencionar: En Candelaria también se encuentra la estatua más antigua instalada en alguna plaza valenciana, como lo es la del doctor Miguel Peña, en la Plaza que lleva su nombre, inaugurada el 22 de septiembre de 1881, que por cierto, fue derribada cuando también derrumbaron las del dictador Guzmán Blanco en octubre de 1889 y vuelta a colocar en 1900.
Fue en una casa de esta histórica parroquia donde apareció el acta de la independencia, que estuvo desaparecida por casi cien años.
En Candelaria quedaba una de las fuentes de agua más antiguas de la ciudad como era el Monte de la Acequia, un manantial que por medio de un canal llevaba el agua hasta la actual Plaza Sucre y otros edificios importantes.
En Candelaria quedaba uno de los parques o paseos más antiguos: el del Cerro El Calvario, con sus caminerías y hasta una estatua de Guzmán Blanco había allí.
Fue en Candelaria donde se instalaron las primeras industrias propiamente dichas en la que luego sería la ciudad industrial de Venezuela.
En fin, Candelaria es una de las más antiguas parroquias de Valencia, llena de historia y tradición. Hoy la vemos abandonada, especialmente en sus calles del casco antiguo, oscuras, casi sin alumbrado y que parece que hubieran sido bombardeadas por una potencia enemiga. En su cumpleaños merece un cariñito.