Opinión
Calidad de Vida: BREVE HISTORIA DE LA FLOJERA
La abulia como le decimos en nuestro país, se ha interpretado de diversas y hasta pintorescas maneras en cada época
22 de abril de 2022
Opinión.- La abulia o flojera, como le decimos en nuestro país, se ha interpretado de diversas y hasta pintorescas maneras en cada época. Conozcamos algunas de ellas.

Por supuesto, sentirse desanimado o tener flojera no es nada nuevo, pero lo que si resulta interesante son sus diversas interpretaciones a lo largo de los siglos. Cuando intentamos trazar la olvidada historia de la apatía y la negligencia nos encontramos muchos datos curiosos.

La preocupación por la flojera se remonta a la antigüedad griega. En la edad de oro de Grecia (siglos V al III a.C.), la mayoría de los médicos creían que nuestra salud estaba gobernada por un equilibrio de cuatro fluidos llamados humores que circulaban por el cuerpo: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema. Varios siglos después, Galeno, el famoso médico griego, todavía atribuía la flojera a un desequilibrio en estos humores. Pensó que el fastidio y la pereza eran causadas por un exceso de bilis negra, que se elevaba desde el estómago hasta el cerebro, nublando el entendimiento y provocando falta de voluntad o energia para hacer algo.

En el siglo IV d.C., los primeros monjes y monjas cristianos vivían a menudo vidas solitarias en comunidades monásticas en los campos del norte de Egipto. A pesar que con este retiro buscaban una vida espiritual de contemplación, no podían evitar sentirse aburridos y apáticos. Sentir flojera era visto como un peligro espiritual que hasta tenía un nombre: "Acedia", con lo cual se referían a una fuerza demoníaca que solía atacar a primeras horas de la tarde. Incluso llegaron a ponerle un apodo: "El demonio del la tarde" (Lo que en Venezuela llamamos "La hora del burro").

Un monje llamado Evagrio Póntico también llamado El solitario (345-399), se hizo famoso por desarrollar un tipo de asesoramiento psicológico para atender a las personas afectadas por Acedia, es decir, por flojera.

Con el siglo XIX los vampiros entraron en la cultura popular y fueron vinculados al desgano y la flojera. En la famosa novela “Drácula”, de Bram Stoker, y en cuentos góticos como “Berenice” (Edgar A. Poe), las víctimas de los vampiros se vuelven lánguidas, agotadas, desganadas, demacradas y flojas.

Y así llegamos a finales del siglo XIX cuando aparece el psicoanálisis. Según el enfoque del Dr. Freud, la civilización misma es la que agota nuestra energía. Argumentó que el solo vivir en una cultura civilizada podía ser agotador porque gastábamos mucha energía reprimiendo todos nuestros deseos, opiniones y deseos socialmente inaceptables. Esos conflictos internos provocan apatia, o sea, flojera.

La ciencia médica ha avanzado mucho, desmintiendo estos mitos e interpretaciones erróneas. La flojera o abulia actualmente se define como falta de ganas de trabajar o de hacer cosas y debilidad o lentitud en el movimiento. Una falta de disposición a la hora de realizar determinadas tareas o actividades que suelen estar ligadas a la falta de motivación, a la poca claridad en los objetivos o a la inexistencia de resultados.

De ahí que las labores rutinarias, las que requieren gran esfuerzo o aquellas que se programan a largo plazo sean algunas de las que más flojera provocan. De manera que se recomienda revisar estos procesos para mejorarlos, hacerlos más fluidos y, por tanto, más motivadores.

Por Arnaldo Rojas
  

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VÍA Karla Oviedo
FUENTE Editoría de Notitarde