Opinión
Calidad de vida: Ese obsceno señor Shakespeare
La medida, vigente desde el 1 de julio, responde a la nueva Ley de Derechos Paternos en la Educación que pretende evitar contenidos inapropiados en el aula, promulgada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis
26 de agosto de 2023
Opinión.- El fantasma de la censura recorre Estados Unidos, específicamente el estado de la Florida. Esta ola de intolerancia primero provocó el despido de una profesora por enseñar en clase una imagen del 'David' de Miguel Ángel. Ahora alcanzó a un clásico de la literatura universal, como lo es William Shakespeare. De tal manera que obras como "Hamlet", "Romeo y Julieta" y "Macbeth" ahora están siendo censuradas por considerar que presentan escenas obscenas.

La medida, vigente desde el 1 de julio, responde a la nueva Ley de Derechos Paternos en la Educación que pretende evitar contenidos inapropiados en el aula, promulgada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Periódicos como The Guardian y Tampa Bay Times encendieron las alarmas al informar que los estudiantes solo pueden leer fragmentos que no tengan ninguna referencia sexual ni racial, en cumplimiento de la nueva Ley, mejor conocida como Ley De Santis.

De acuerdo con esta norma, si un distrito escolar encuentra material considerado “promotor de conducta sexual”, “deberá suspender el uso del material para cualquier nivel de grado o grupo de edad para el cual dicho uso sea inapropiado o inadecuado”. Numerosos especialistas advierten que dicha ley obligaría a mutilar obras de Shakespeare o retirarlas del pensum de estudios.

Tan insólita medida nos retrotrae al siglo XIX, cuando en Inglaterra el Real Comité de Censura calificó como “obscenas y peligrosas” las obras de Shakespeare, por lo que para “purificarlas” se procedió a eliminar las escenas y palabras no adecuadas para el público, sobre todo niños y jóvenes.

La misión de purgar las obras le fue encargada a Thomas Bowdler, doctor y fanático religioso, quien publicó en 1817 el libro “Shakespeare para la familia”, donde se omitió por completo “Romeo y Julieta”, considerada una historia de perversiones acerca de adolescentes que se enamoran y se casan en contra de los deseos de sus padres. Igualmente “Otelo”, donde un militar negro, cegado por los celos, asesina a su esposa blanca… ¡Un oprobio! En “Hamlet” se eliminó el amorío con Ofelia por su carga erótica. 


“Macbeth”, entre otras, perdió la escena en que el portero borracho se imagina ser portero del infierno. Y así, la tijera de la pacatería mutiló las obras del dramaturgo inglés hasta despojarlas de los supuestos elementos peligrosos hasta dejar un “Shakespeare light”, insípido, apto para ser consumido por toda la familia.


Este irracional procedimiento hizo tan célebre a Thomas Bowdler que hasta se acuñó un verbo: “Bowdlerismo”, que significa mutilar mojigatamente para borrar todos los trozos que el censor desaprueba.


Quizás el actual gobernador de Florida pase a la historia (como Bowdler) asociado a un verbo que, además, sonaría irónico “DeSantisficar”, es decir, cortarle a las obras de Shakespeare todos los componentes que, según su ley, no se consideran santos. 











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VÍA NT
FUENTE Arnaldo Rojas