Opinión
Buena Nueva: ¡Señor, danos sacerdotes!
“La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”, nos ha dicho el Señor
18 de junio de 2023
Opinión.- “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”, nos ha dicho el Señor. Y es ésta una frase del Evangelio que nos repite la Liturgia de la Iglesia con cierta frecuencia, pero parecemos no darnos cuenta de su significado... mucho menos de su urgencia y gravedad.

Y esta advertencia nos la hace el Señor inmediatamente después de decirnos que “se compadecía de las multitudes, pues estaban extenuadas y desamparadas, y andaban como ovejas sin pastor”. (Mateo 9, 36 - 10,8).

¿Cuál es la cosecha que necesita trabajadores? ¿Cuáles son las ovejas que andan sin pastor? Somos nosotros mismos. Recordemos la tierna comparación que el Señor hace muchas veces de nosotros como ovejas. A El le gusta llamarnos sus ovejas y su rebaño. “El nos hizo y somos suyos, somos su pueblo, ovejas de su rebaño”, rezamos en el Salmo 99.

También nos ha dicho el Señor desde el Antiguo Testamento “Si escuchan mi voz y guardan mi alianza, serán mi especial tesoro entre todos los pueblos... Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes, una nación consagrada.” (Ex. 19, 2-6a). Esta frase nos la recuerda San Pedro en su Primera Carta (1 Pe. 2, 9-10). Y ¿cuál es la función de un Sacerdote? Además de ofrecer el Sacrificio de la Misa, en el que Cristo es la Víctima ofrecida, el Sacerdote tiene a su cargo la predicación de la Palabra de Dios.

Con estas enseñanzas bíblicas y eclesiales vemos, que si bien existe el Sacerdocio Ministerial -son los Sacerdotes que han recibido el Sacramento del Orden Sacerdotal- existe también un sacerdocio de los laicos -de aquéllos que no hemos sido ordenados- pero que también tenemos una responsabilidad apostólica de llevar el Mensaje de Cristo a quienes podamos y a donde podamos. La participación de los laicos del Sacerdocio de Cristo siempre ha estado vigente, pero ahora más que nunca, cuando vemos que no hay trabajadores para la cosecha, que no hay suficientes Sacerdotes para pastorear las ovejas.

Desde el tiempo de Jesús “la cosecha es mucha y los trabajadores pocos”, pero esta situación se ha agravado en nuestro días. La Iglesia necesita Sacerdotes Ordenados, necesita muchos más de los que hay, pues no hay suficientes para todo el trabajo de la cosecha... y muchos ya están ancianos. ¿Qué sucede, entonces? ¿Dónde están los trabajadores que se necesitan? Ciertamente deben estar entre nuestros hijos, sobrinos, nietos, familiares, amigos. ¿Y vemos a algunos de ellos siquiera preguntarse si el Señor los estará llamando al Sacerdocio? ¿O más bien todos piensan sólo en casarse?

El Señor sabía que sería difícil conseguir trabajadores para su trabajo. De allí que nos diga que roguemos al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a sus campos. Y ¿oramos porque haya alguna vocación sacerdotal en nuestra familia? ¿Cuántos estamos dispuestos a que algún hijo sea Sacerdote? ¿Cuántos nos atrevemos a ofrecerle al Señor un hijo para que sea Sacerdote? ¿Oramos siquiera porque haya muchachos que puedan oír el llamado del Señor para hacerse Sacerdotes? Porque... ¿será que el Señor en este tiempo no está llamando a nadie? ... Esto no puede ser así –de ninguna manera- pues la cosecha sigue siendo mucha y las ovejas siguen andando sin pastor. El Señor debe seguir llamando -como siempre ha llamado para el Sacerdocio a lo largo de estos dos mil años de Cristianismo- pero sucede que el “mundo” aturde a los jóvenes, los hace sordos a la voz de Cristo, los engaña haciéndoles creer que las cosas del mundo son las más importantes, que lo único que vale la pena es lo material.

“La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”. ¿Dónde están los trabajadores para la cosecha? ¿Quiénes le van a responder? ¡Señor, danos Sacerdotes!
 
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VÍA NT
FUENTE Isabel Vidal de Tenreiro