Cita con la Historia: Funes, el terror de amazonas
"Esta semana se cumplieron 110 años de la toma de San Fernando de Atabapo"
Opinión.- Esta semana se cumplieron 110 años de la toma de San Fernando de Atabapo, entonces capital del Territorio Amazonas por Tomás Funes. Comenzaban 8 años de terror para los habitantes des la región.
Eran tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez, quien había designado como gobernador en Amazonas al general Roberto Pulido, quien a la fuerza acaparó las riquezas del territorio, repartiéndolas entre sus familiares y amigos. Creó impuestos a todo tránsito de mercancías, haciendo quebrar a todos los comerciantes y los sustituyó por sus propios abastos, bares, lenocinios y garitos, monopolizando los negocios del caucho y la sarrapia, principales productos de la región.
Esta situación molestó a los comerciantes y productores de la región. Entre ellos, Tomás Funes, quien desde principios de siglo se había establecido en el Amazonas dedicándose al negocio de la explotación del caucho. Estos se reunieron y le pidieron al gobernador derogar todas aquellas medidas, que los estaban llevando a la quiebra. Luego de un mes sin respuesta, Funes reúne nuevamente a sus colegas y acuerdan actuar de manera violenta.
La madrugada del 8 de mayo de 1913 Funes, junto con otros 30 comerciantes armados de revólveres y rifles y 100 de sus macheteros avanzan hacia la casa del gobernador. Silenciosamente matan a machetazos a los centinelas. Al gobernador lo encuentran dormido y le pegan un tiro y cuando trata de incorporarse lo decapitan de un machetazo. Seguidamente aniquilan a los pocos policías de San Fernando. Luego los esbirros de Funes salen a recorrer los negocios de Pulido y allí masacran a todos los encargados. Incluso la esposa del general Pulido es violada y asesinada junto a sus dos niños pequeños.
Gómez no envió en contra del llamado “terror del Amazonas” a su tan cacareado “ejército nacional”; por ocho largos años se hizo de la “vista gorda” ante la presencia del gobierno de Funes con un ejército de sicarios en el vasto territorio, donde era amo y señor de vidas y haciendas, sin ninguna interferencia del gobierno. El segundo territorio más extenso del país con 180.000 km2 era, literalmente, un país aparte, donde Colombia y Brasil hacían los negocios que quisieran sin temor a una autoridad nacional que controlara.
Mientras tanto Funes iba expropiando toda riqueza lo que encontraba a su paso y el que protestaba encontraba la muerte segura: Se contabilizan en 422 el número de personas asesinadas para apoderarse de sus bienes.
Pero a finales de 1920 el más bravo de los generales antigomecistas: El intrépido Arévalo Cedeño se ha fijado como objetivo destruir al gobierno criminal de Funes y librar el Territorio Federal Amazonas para luego ir contra Gómez.
El 31 de Diciembre de 1920 desde Colombia parte Cedeño vía rio Casanare junto con unos 200 hombres, mal armados y mal equipados. Navegan el Meta, cruzan raudales y rápidos y remontan a puro remo el Orinoco.
Luego de un mes llegan a San Fernando de Atabapo e inician el asalto. Muchos de los macheteros de Funes se encontraban en las plantaciones, por lo que la guarnición estaba disminuida, aún así, había una fuerte custodia en la casa de gobierno. La batalla dura más de un día de intenso tiroteo y Cedeño ordena incendiar el edificio para acabar con el criminal u obligarlo a salir. Funes se rindió y fue hecho prisionero.
Arévalo Cedeño convocó a la gente de San Fernando, para que eligieran dentro de ellos a su propio gobernador y constituyó un tribunal para enjuiciar a Funes por los crímenes cometidos durante todos 8 estos años.
Se realizó el juicio con derecho a la defensa. Funes tuvo como su defensor a su propio secretario general, pero ante la evidencia conocida por todos del asesinato de 420 venezolanos, la sentencia fue unánime: condena a muerte.
En la plaza, con todas las formalidades de la guerra y ante la presencia de la población Tomás Funes fue fusilado. Al caer al suelo su cuerpo el griterío popular fue unánime: “Viva la libertad¡Viva Rio Negro Libre¡ Viva el general Arévalo Cedeño¡” Era el 30 de enero de 1921.
