Opinión
César Burguera: Dijeron Vente y nadie vino
“Semanas atrás emocionadas voces auguraban un atronador éxito”
9 de mayo de 2023
Opinión.- Desolación y tristeza

Semanas atrás emocionadas voces auguraban un atronador éxito. Dirigentes regionales y nacionales de la agrupación Vente se combinaban, hasta altas horas de la madrugada, no solo con los pavosos, siempre con su oscura vestimenta, sino que se hicieron acompañar de hábiles mercenarios, esos mismos que se prodigan en ofrecer recursos y hasta amplias sedes con la perversa intención de que se les incluya en una hipoteca repartición del pastel, ser partícipes de la equitativa división de la utópica torta. Pero al parecer la verdadera torta la elaboraron los participantes de aquellas nocturnas veladas y entretenidos guateques que tenían como objetivo organizar la gira de la aspirante María Corina Machado por el estado Carabobo. MCM ha aseverado, con prepotente convicción, que será la ganadora de las primarias elecciones cuando sean debidamente convocadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Una colorida caravana de lujosos automóviles, una decena de espaciosas busetas serían las encargadas de acompañar la extensa gira. Previamente los jefes del partido Vente, confundidos entre los gorreros y mercenarios, le aseguraban a la candidata de que la proselitista actividad causaría un inédito movimiento telúrico en la región. Una otrora adulante y amarilla voz le llegaba a asegurar “Entrarás a Carabobo, donde nació Venezuela”, mientras que uno de los pegadizos organizadores de Vente le expresaba entre brindis y jolgorio “Ingresaremos por el occidente donde una verdadera multitud aguarda desesperadamente tu arribo”, igualmente surgía la indecente figura de un mercenario, que ha logrado eludir los controles para colarse, a través de ambiguos directores, como privilegiado contratista en una alcaldía revolucionaria. El descubierto mercenario llegaba a afirmar “Esta gira se constituirá en una moderna campaña admirable”. Ante tal halagador escenario, MCM se preparaba para una verdadera gesta y buscaba afanosamente el apropiado ropaje para emprender la hazaña. Y llegó el día, entraban a territorio carabobeño por los clorofílicos valles del occidente y allí toparse con la primera de las muchas de la desagradables sorpresas, ya que en el municipio Montalbán tan solo se encontraban un puñado de distraídos militantes que portaban un roído cartel con las azules siglas de Vente. MCM palidecía y empezaba a increpar a los responsables. El jefe regional llegaba temblorosamente a justificar “No te preocupes, lo que ocurre es que esta ola de intenso calor, este despiadado sol hizo ahuyentar a los leales activistas”. Mientras tanto la coordinadora del voluntariado se agazapaba, con su luso cónyuge y ordenaba una rauda huida al obediente chofer, que no era otro que el taciturno “Ángel Gorrero”. MCM amenazaba con suspender todas las actividades. La anarquía y la improvisación se apoderaban del entusiasmo del organizador séquito. Sin embargo una enojada aspirante continuaba su caótica agenda y así, con un obligado rictus, se encontraba con la misma deprimente escena que se replicaba en Bejuma, Naguanagua y San Diego. Todo vaticinaba el arribo de la prosa del poeta colombiano Porfirio Barba Jacob “Y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales, que nunca humana lira jamás esclareció, y nadie ha comprendido su trágico lamento. Era una llama al viento y el viento la apagó”.



Descaro y osadía

Terminada la abatida jornada, MCM optó por recluirse en un lujoso hotel en el municipio Naguanagua. Al arribar, colmada de enfado y decepción, se encontró con el cuestionado propietario del opulento albergue quien con su remunerado plantel, donde destacan alguna otrora concejal y otra longeva periodista, le habían organizado un sofisticado ágape, colmado de los más finos licores y exquisiteces. Una veintena de personas esperaban, alzando alargadas copas y cortos vasos, la aparición de la postulante, quien al observar la festiva atmósfera, exclamaba a viva voz “Esto es el colmo, están celebrando el descalabro del día de hoy” y apresurada se enclaustraba en la fastuosa habitación recargada de flores y frutas. Pero un dilema asechaba a MCM y atentaba contra el necesario ejercicio de conciliar el sueño y aplacar la contrariedad por lo sucedido en su malogrado recorrido por la céntrica entidad federal. Y es que el desordenado cronograma señalaba, como tarea pendiente, la visita a los municipios Puerto Cabello y Valencia. Ante la disyuntiva de continuar o tirar, literalmente, la toalla, MCM hizo llamar al jefe regional de Vente y la coordinadora del voluntariado, quienes se encontraban libando los frascos y engullendo la comilona que MCM había despreciado. “No podemos pelar este boche” gritaban, ya alicorados, los gorreros que se confundían en un trastabillado abrazo con los indignos mercenarios. Al despuntar el alba una intemperante MCM tomaba rumbo hacia la zona costera. Algunos de los ilustres miembros de Vente, gorreros y mercenarios se encontraban bajo los efectos de la cruel resaca. En Puerto Cabello se presentó el calcado drama de la desidia y el desdén. Una ruinosa tarima quedaba como silente testigo de la fingida emoción de un minúsculo grupo de activistas, una desmoralizada MCM llegaba a pronunciar, con voz entrecortada, desprolijas frases y abruptamente se retiraba de esa mítica ciudad que está definitivamente de moda. Ya sin aliento, desgastada mental y físicamente, llegaba a elevar plegarias a la providencia para que pusiera fin a la espeluznante pesadilla. Pero no contaba la ingenua MCM, que los promotores impedirían cualquier respuesta celestial, ya que habían programado un evento en la urbanización “La Isabelica”, enclavada en el imponente sur de Valencia. Al arribar, ya superada por la ansiedad, giró la estricta orden a todo su azul séquito para que se sumaran, hicieran bulto a la mermada concentración. Sin embargo nuevamente aparecía, con rostro y figura, la desolación y la congoja. La apagada retórica ante la menguada asistencia era el signo inequívoco de la capitulación. MCM se rendía y llegaba a expresar, hasta con cierto dejo de resignación “Carabobo, a través de su único liderazgo, es territorio chavista, aquí es muy complejo superar a la revolución”. Una inapetente MCM al llegar al túnel de “La Cabrera”, suspiraba y persignándose, dejaba atrás uno de los más turbadores episodios que le haya podido ocurrir en su contradictorio itinerario político. Atrás quedaban el jefe regional de Vente, la coordinadora del voluntariado, con su cónyuge Mata al lado, los gorreros y los mercenarios, que decidieron continuar el festín sufragado por el punible propietario del pomposo hotel. Ya en estado de notoria ebriedad y en el centro del regio salón, se escuchó a uno de los insignes organizadores proclamar “Tendremos que buscar al Conde”, pero surgió una estridente voz, que por los efectos etílicos, llegaba a balbucear “Déjate de vainas, Capriles es uno de los nuestros”. Y esa es la verdad.


Por César Burguera
Sigue la información minuto a minuto en nuestro Telegram Instagram Facebook Twitter ¡La noticia en tus manos!
VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde