Farandulazo: Alí Escorihuela, el sello de un hombre noble
"Se puede trabajar muchos años en un oficio o en una profesión"
Opinión.- Se puede trabajar muchos años en un oficio o en una profesión, pero no necesariamente se puede trascender al punto de ser considerado todo un emblema de la institución en la que se labora.
Eso es lo que sucedió con Ali Escorihuela. Aunque su paso por la locución está ligado a sus muchas décadas de trabajar para Radio América (en diversas etapas), lo que lo convirtió en una insignia fue el haber transmitido su calor profesional, su sello personal, que le identificó con ese causal de gente que escucha esa emisora en todo el territorio.
Es fácil hablar de Escorihuela, porque casi todos sabemos un poco de él. Total, entraba todos los días a nuestras casas por esa puerta invisible en la que se convierten todos los medios de comunicación social, especialmente la radio, cuando se transforman en parte de nosotros. Ali Escorihuela era, simplemente, uno más de la casa. Su voz era inconfundible. Su potencia lo identificaba. No hacía esfuerzos para emitirla, pues la naturaleza le dio ese don. Ali era locutor desde su nacimiento.
Contó, muchas veces, su historia. Desde cuando egresó como bachiller en su Valencia natal y se trasladó a Caracas para estudiar Biología y Química en el Instituto Pedagógico. Estando en esta institución, tuvo la oportunidad de presentar los exámenes para obtener el título de locutor. Recordaba que sólo 19 lograron aprobarlos, de entre más de 200 aspirantes.
Su madre le llamó un día y le dijo que don Manolo Fachín De Bonni le había ofrecido empleo en Radio América. Aunque Ali no había trabajado en una radio comercial nunca, aceptó la oferta. Y allí, estuvo hasta el último día de su vida.
Todos lamentamos su adiós, porque sabemos que se fue un gran profesional y un gran amigo; pero, lo que más nos duele es que se fue un hombre bueno, de buen corazón. Simplemente, su nombre era el sello de un hombre noble. Sabemos que Dios le tenía un lugar reservado, allá en el cielo. Ali. Descansa en paz, amigo…
Y HASTA AQUÍ POR HOY. Cualquier comentario al correo periodistavicente12
Por Vicente Gramcko
