Lo cierto es que, en nuestra actualidad, cuando tenemos dolor, decimos: “nos duele hasta el alma”, nos pone de mal humor, ansiosos, depresivos (perdemos el equilibrio, según los chinos) y le pedimos a nuestro Dios nos ayude quitándonos el dolor, hasta en algunos casos hacemos promesas de dejar esto o aquello, con tal de que Dios nos quite el dolor. En la Biblia podemos encontrar hasta 70 versículos que hacen referencia al dolor y al sufrimiento, lo que traduce que, en presencia del dolor físico, podemos recibir la gracia de Dios para aliviar esa pena. Mis lectores se preguntarán ¿Por qué estaré escribiendo sobre el dolor? ¡Bueno! Les diré que porque tengo dolor a causa de una afección de mi columna, la cual me operé, y ese dolor tan maluco me hizo reflexionar e indagar sobre “El Dolor” y compartir con ustedes algunos de esos hallazgos, no todos, porque no habría espacio en este artículo para ello.
Sin embargo, el dolor, aunque desagradable y molesto que resulte, es una “alarma” que enciende nuestro cuerpo y nos debe motivar a ir al médico para conocer su origen y su cura. Hacerlo a tiempo puede salvarnos de un sufrimiento mayor. El dolor tiene distintas manifestaciones; puede ser agudo o crónico, leve, moderado o severo, según su intensidad, físico o emocional. En todo caso, siempre alguna vez habrá dolor, pero siempre habrá tiempo para todo, como escribió el sabio Salomón: “Tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar y tiempo de bailar;…” Eclesiastés 3:4. ¿Y la cura para el dolor? También es tan antigua como él. La primera referencia que tenemos del uso del “opioides” data de 4000 A.c., cuando los sumerios empleaban “el hugil o planta de la alegría, como llamaban a la adormidera”.
El exorcismo también fue un método para curar el dolor en el periodo mesopotámico. Muchas hierbas y plantas curativas de distintas especies se usaron a través del tiempo para aliviar o curar el dolor y también procedimientos cruentos como, por ejemplo: los patagones o guaraníes cortaban la piel del enfermo, que tomaban entre sus dedos; en China se usó la Moxibustión y la acupuntura 2600 a.C. La Moxibustión es terapia de calor quemando una hierba sobre la piel. Así hasta llegar al siglo XVIII en adelante, cuando debido al avance de la ciencia de aquel entonces, se pasó de lo empírico a lo científico, hasta el día de hoy. Aunque, producto de la crisis económica que vive el país y los pobres sueldos y salarios, en algunos hogares hemos tenido que volver a las hierbas y a lo empírico para curar el dolor.
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