Retorna la rutina a las instalaciones del ayuntamiento de Valencia. Un incomodo ambiente acompaña el transitar de las matinales horas. Un adulante de turno anuncia el arribo del taciturno alcalde, aferrado, de manera preocupante, a sus amplias gafas. Su rostro exhibe una cierta tonalidad rojiza, tal vez producto de las diarias terapias para hacerle frente o darle dérmico combate al arraigado acné. Su cavidad bucal nos enseña, con cierta dejadez, una dentadura portando una enfermiza coloración amarillenta y condenada a estar aprisionada a los rígidos aparatos dentales que esclaviza su mermada pronunciación. Un abultado abdomen que ha servido para que sus más enconados adversarios le hayan endilgado el irreverente apodo del “Búho Buchonnis”. Tenemos que confesar que ignoramos si este insolente seudónimo sea producto de la inocultable deformidad corporal o sea su deliberada vocación por apropiarse de los ingentes recursos que constituyen el erario público municipal. La respuesta a este agobiante dilema la podríamos hallar en aquel abultado costal donde reposan innumerables fajos de extranjera divisa y que maneja con indecente discreción el Director de Administración de la capitalina alcaldía, Juan Carlos Jiménez. Pero la deliberada ambigüedad del “Búho Buchonnis” se expresa en su manipulado proceder o contradictoria conducta. El deforme alcalde trata de presentarse como un fiel militante de las causas revolucionarias, se ufana en haber sido formado, con dedicado esmero, bajo los rigurosos principios de consecuencia y lealtad con una ideología que representa la garantía en la preservación del inolvidable legado. Pero al parecer, después de ser un obediente y hasta sumiso subalterno arrinconado en un grisáceo escritorio de la sombría oficina del ayuntamiento, el coyuntural azar le concedió, contando para ello con el blindado soporte del único e inequívoco liderazgo que se exhibe en Carabobo, la inesperada fortuna de regir los destinos de Valencia. Es allí donde se produjo su inexplicable transformación e inició un osado proceso por darle amplio acceso a sectores de la oposición y conferirle elevadas responsabilidades en áreas vitales dentro del andamiaje institucional de la alcaldía. Para la improvisada aventura tenía que empezar con el desalojo de importantes dirigentes o reconocidos militantes del proceso revolucionario de los diferentes cargos que desempeñaban en el ayuntamiento capitalino. El “Búho Buchonnis” ordenaba un humillante procedimiento de masivos despidos, ante la impostergable necesidad de otorgarle espacios y responsabilidades a sus nuevos aliados, los mismos que no descansan en su ardua labor de atacar, desde diferentes frentes, la gestión gubernamental encabezada por nuestro presidente Nicolás Maduro. Con un indignante plumazo, con su irresponsable rúbrica procedía a la destitución de más de treinta (30) funcionarios y empleados que seguramente fueron los que celosamente custodiaron sus transferidos sufragios en aquella elección de noviembre del 2021. Su primera alianza, contraviniendo las directrices del partido PSUV, se produjo con 2 concejales de la oposición, convirtiéndolos en sus verdaderos operadores políticos y hasta personales, ya que la blanca edil Mariela Domínguez, otrora jefe de campaña del patológico Carlos Lozano, no solo dirige con plena autonomía e independencia algunos sectores medulares, sino que es la hacendosa y aplicada “Concierge” de la amplia casona enclavada en el Trigal Sur, donde se realizan los secretos festines y bacanales sufragados por la alcaldía y donde trata de organizar la fastuosa celebración por las prontas nupcias del retorcido alcalde, siempre y cuando lo permita la agraciada pero vehemente Verushka, la verdadera “Alcalda”. El otro concejal convertido en privilegiado protagonista es Braulio Conejero quien representa la cuota exigida por la dirección nacional de PJ a través de Juan Miguel Matheus, el flagelado “Meapilas” y de Néstor Olleros, camuflado e intimo compañero del tullido alcalde en las peripecias y excesos estudiantiles. Todo este impúdico reparto de cargos y recursos con la oposición se produce ante la mirada impávida de algunos comprometidos concejales de la revolución que han sido excluidos, desplazados para que no participen en aquellas decisiones que deben estar dirigidas para asegurar el desarrollo de Valencia y no para satisfacer la desmedida codicia de un enigmático e indescifrable grupúsculo donde conviven el malogrado alcalde, los elevados directores de la variopinta alcaldía con dirigentes de la destartalada oposición.

Pero cuando todos pensábamos que el desleal comportamiento del “Búho Buchonnis” había superado cualquier límite de tolerancia o indulgencia, nos llega la designación de la periodista Sandra Aveledo, la hábil “Sandy” no solo como única vocera institucional sino como directora a través de su portal informativo y programa radial de toda la política comunicacional de la capitalina alcaldía. Cómo se recordara “Sandy” o Sandra Aveledo ha sido una de las más enconadas críticas de la gestión que lleva adelante el gobierno nacional y ha asumido, como personal obsesión, el persistente ataque al tránsito gubernamental que se lleva adelante en el estado Carabobo. En los comicios regionales de aquel noviembre del 2021, la astuta y sagaz periodista asumió la máxima jefatura de la candidatura de Enzo Scarano y de los 14 aspirantes opositores a las diferentes alcaldías de esta entidad federal. En pasados días se le ocurrió la disparatada idea de trasmitir por vía radiofónica la inauguración de una plaza en un sector al norte de la ciudad. Para estas improvisadas y desatinadas iniciativas ha contado con el incondicional apoyo de la también periodista Esther López, encargada en la actualidad de la línea editorial de un medio de comunicación impreso, cuya porción accionaria fue adquirida por la alcaldía de Valencia. “Por La Calle del medio” expresan al unísono Sandra y Esther. Advertirá el ávido lector que en esta entrega haremos mención de otro Santiago con similares características de hinchado porcino cuando nos referimos al Instituto Municipal del Ambiente (IMA) donde encontramos a su obeso director, que escapara impunemente de sus responsabilidades en aquella gestión municipal del 2008 al 2012, donde sus secuaces huyeron del país para eludir la segura reclusión en cualquier recinto penitenciario. Es el mismo del indecoroso video en un emblemático prostíbulo .Por ello es qué hay que tener presente que de cualquier engordado porcino o bien alimentado cerdo, siempre se podrá extraer generosos perniles, que corren con la mala suerte de extraviarse por la ambición del que siempre “Silva” y que involucra a su familiar entorno en su descarado silbido, ese mismo que en la actualidad resuena de manera estridente atormentando a sus colegas parlamentarios en la AN. Y esa es la verdad.