Opinión
César Burguera: Carabobo reivindicado
"Tenemos la sensación que el calendario de este 2022 se ha desgajado o ha caído sobre este esfuerzo"
19 de diciembre de 2022
Opinión.- El promisorio futuro

Tenemos la sensación que el calendario de este 2022 se ha desgajado o ha caído sobre este esfuerzo propulsor de seguir confeccionando el “Nuevo Carabobo”. Sencillamente todo está garantizado. Seguiremos transitando en fascinante sendero para su definitiva consolidación. Resultará absolutamente estéril el terco ejercicio por parte de minúsculos factores, sin liderazgo o resonancia popular, los cuestionados aprovechadores de siempre, quienes agazapados en rígidas estructuras partidistas se ilusionen con la utópica ocurrencia de tratar de detener esta moderna idea, esta arraigada creencia, este reformado credo por colocar a esta región como referencia indiscutible dentro del contexto nacional. Este blindado ideal no solo recorre, de manera rauda, todo nuestro venerado territorio, sino que ha llegado a impregnarse, con indescriptible fervor, en el alma y espíritu de todos los carabobeños, que sin distingos de ninguna naturaleza han salido al encuentro de esta esperanzadora realidad. El “Nuevo Carabobo” no es producto del azar, tampoco de la improvisación porque ha surgido de la entrañable comunión entre un pueblo y su gobernante. Es haber sabido interpretar las angustias y necesidades del común observando directamente su cansado rostro y su pérdida mirada, tal vez castigados de tanta desidia y abandono. Y es que desde aquel 15 de octubre del 2017, un recién electo gobernador se comprometió en asumir la compleja labor de devolver la ilusión, presentar la esperanza como algo tangible en medio de un escenario de ineficiencia, apatía y desánimo. Aquella convocatoria fue categórica y enfática. Era directamente dirigida a todos los que llevan, muy adentro, arraigado ese insustituible sentido de pertenencia que diariamente nos recuerda que “Carabobo no se rinde”. Por ello todos los esfuerzos han adquirido mayor relevancia para consagrar los intereses supremos de nuestro estado. Es en definitiva el impostergable deber e instrumento para volver a vencer las tercas pretensiones de descubiertos y minúsculos grupos que solo responden a intereses personales o subalternos, Carabobo no les duele. Son aquellos fantasmas que pretenden imponer sus caducas reglas con el único interés de nuevamente hacer uso inmoral del botín. Mientras tanto Carabobo no detiene su febril marcha. El mandatario regional no descansa en seguir cumpliendo con aquel solemne pacto y acuerdo sellado en el histórico octubre del 2017 cuando presentaba formal juramento ante Dios y su pueblo. En la actualidad, después de un lustro, se puede observar, con válido orgullo, la verdadera transformación de Carabobo, que recuperó su presencia, estampa y extraviado brillo institucional. Es el frecuente incremento de medulares obras que indiscutiblemente avalan esta nueva realidad y que se extienden por los catorce municipios de la entidad federal. Es tener la posibilidad de ser privilegiados testigos de la majestuosa recuperación integral de la avenida Bolívar de nuestra ciudad capital, principal arteria vial y que de manera inclemente había sido sometida por extensas décadas, a un oprobioso olvido por parte de administraciones regionales y sobre todo a la ignominia de gestiones municipales que terminaron por cumplir el lúgubre papel o rol de ser sus propios sepultureros, mientras se lucraban de la desdicha o desventura de la avenida Bolívar, que ha sido plenamente reivindicada para presentarse como una indeleble huella que permanecerá en la memoria del ciudadano como un verdadero legado del mandatario regional en favor de Valencia y Carabobo. Es volver a observar la egregia figura del Monseñor Salvador Montes de Oca en el mismo centro de su emblemática plaza, con sus brazos multiplicados y balanceándose en el aire con su perenne y antiguo ademán de prodigar bendiciones para el reencuentro de toda la familia carabobeña, a sus niños que encontraran, con indescriptible emoción, un renovado espacio para el esparcimiento y disfrute. Vuelve a irrumpir la indoblegable consigna que ha servido para estimular la diaria tarea, el obstinado esfuerzo por asegurar la optimización de la calidad de vida del común y surgida de la voz de su blindado liderazgo Aquí nadie se rinde, que viva por siempre Carabobo”.



Nuestra obligación

Al culminar este año, inmersos en épocas de reflexión, unidad y reencuentro, nos plena la satisfacción de haber cumplido con nuestra irrenunciable conducta, siempre sometida a los claros y cristalinos dictados de nuestra conciencia. Por ello es que las coyunturas y circunstancias, que nos advierte el venidero año 2023, es suficiente estímulo para seguir transitando este semanal espacio, seguir produciendo estas líneas. SINSECRETOSCB volverá, con mayor fuerza y redoblado esfuerzo, a inicios del próximo y prometedor año teniendo como singular base este espacio generosamente concedido por el diario Notitarde, para continuar con el incesante objetivo de custodiar el sostenido desarrollo de Carabobo. Por ello quisiéramos enviar un mensaje a todos, sin ningún tipo de exclusión o reserva, a todos los que convivimos en este territorio para que a través de la necesaria oración solicitar fervorosamente a la providencia para que desborde toda suerte de bendiciones en cada uno de nuestros hogares y que se extienda de manera dinámica en el 2023. Siempre recordando esa categórica instrucción que ha servido para enaltecer el paso irreversible de Carabobo. “Aquí nadie se rinde, que viva por siempre Carabobo, carajo”. Y esa es la verdad.

Post Scriptum. Para nuestra reaparición en el ya cercano enero del 2023, tenemos reservado, como aplazado obsequio navideño, un limitado ejercicio literario, un divertido relato o tal vez un ocurrente cuento que llevará como título “Verushka y su hurtado castillo en el cristal”.

Por César Burguera


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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde