Estamos frente a una decadencia moral que inicia desde el centro de la sociedad, la familia. Donde está ausente el respeto, la tolerancia, el amor y, por el contrario, están muy presentes, las peleas, la agresión, el descuido. El incumplimiento de los roles principales (padre y madre) ha provocado que el dolor tuerza el corazón de los niños, quienes de forma inconsciente terminan su infancia tan lastimados que luego no sólo repetirán patrones, sino que realizan actos aún más atroces, como los que actualmente estamos viendo. Es decir, los asesinos, abusadores y maltratadores de hoy, fueron los niños abusados, rechazados y maltratados de ayer.

Esta escrito en el libro Proverbios “Corrige a tu hijo mientras haya esperanza; si no, tu serás el responsable de su muerte” (Prov. 19:18). Para corregir, enseñar e instruir al niño, necesitamos estar presentes. Dios delegó a los padres la responsabilidad de cuidar a los hijos, de guiarles. Sin embargo, los ignoramos, los dejamos a un lado, porque hay que trabajar para mantenerlos, ignorando la necesidad afectiva de los mismos.

Ser padres es dedicar tiempo de calidad para enseñarles a tener confianza, a cuidarse, a hablar, a defenderse. Ser padres en esta temporada, es reconocer que vivimos tiempos peligrosos que demandan la presencia de los progenitores y de gente que ame a los niños de verdad. Ser padres implica buscar la guía de Dios para que no haya equivocaciones en la crianza.

Y volvemos a la pregunta: ¿Dónde estaba Dios? En la apacible voz, en la mente de algún pariente cercano, tratando de alertar que el niño corría peligro, y esa voz fue ignorada.

PD: La forma en que Dios o Satanás intervienen en la tierra, siempre será a través de un hombre. Pregúntenle a Jesús.


Sobre la escritora

Mariannys Ávila de Martínez. 32 años de edad, Esposa, Madre, Docente especialista en Lengua y Literatura, PNI, Pastora de Comunidad Cristiana “Amor de Cristo”, Promotora de Lactancia, Consejera Familiar y amante de la crianza respetuosa.