Opinión
Cesár Burguera
La Fábula de Esopo
8 de marzo de 2022
La muerte y los fracasados. “Cierta vez, tras tantos fracasos y desdichas de un hombre que con frecuencia se decía lo siguiente:"Que desdicha. Esta vida no me ha correspondido bien. Oh, espíritu de la Muerte, ¡llévame de una vez!" Así, el hombre repitió tantas veces aquella frase durante sus frecuentes infortunios, hasta que un día sin aviso alguno, la Muerte tocó la puerta:"Hombre. He venido a cumplir tu deseo. Te llevaré conmigo para acabar con tu miseria." El hombre al ver a la Muerte, gritó desesperadamente, luego dijo:"¡No te me acerques espectro malévolo!, ¡prefiero vivir en mi desgracia que tenerte cerca de mí!". El anterior y breve relato que nos deja como ocurrente moraleja “Más vale vivir con amargura, que descansar en sepultura” surge como fiel reflejo de aquellos frustrados personajes y el letal efecto que causó los categóricos resultados obtenidos en los comicios regionales de noviembre pasado, la obtención de la mayoría de gobernaciones y ayuntamientos en el país por parte de los candidatos pertenecientes al proceso y manifestaciones revolucionarias. Posterior al traumático revés, los sórdidos personajes han vuelto a recurrir al estéril pero terco ejercicio no solo por tratar de matizar el efecto de los irrebatibles porcentajes, las incuestionables cifras electorales que le proporcionaron al mapa patrio su ya permanente y encendida tonalidad roja, sino que retornan en la actualidad reincidiendo en sus vicios del pasado, en tratar de crear a través de la trillada matriz, la utópica e ingenua idea de que se está produciendo un verdadero escenario de confrontación entre las principales referencias del primer partido del país como lo representa el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) , en estado de delirio se ilusionan con trincheras de lucha, infranqueables fortines entre quienes han sido los directos responsables de las incontables victorias electorales por más de dos décadas. Los renegados promotores recurren nuevamente a la abierta descalificación, son los que toman como pervertido instrumento la manipulación. Hablan de supuestos alejamientos o distracciones de los principios e ideales que fueron la sólida base para la gestación del irreversible proceso. Es el vano intento de crear rígidos límites o divisorias fronteras entre el principal protagonista e interprete como lo representará siempre Hugo Chávez con quien ha heredado la compleja misión de asumir, desde hace 9 años, no solo el máximo liderazgo político dentro de esta estructura partidista, sino es haber asumido, con esa vocación de severo compromiso, de indiscutible entrega, la conducción de la nación, que ha sido sometida implacablemente a toda suerte de hostigamientos, bloqueos y sanciones, pero que a través de la aplicación de eficaces y ágiles concepciones de estado han vencido esta irracional práctica de acorralamiento cuyo único objetivo era la capitulación y someternos a una inaceptable sumisión a factores foráneos. Tal vez por ello el pasado fin de semana una comitiva de altos funcionarios estadounidenses llegaron a nuestro país para sostener reuniones con el presidente Nicolás Maduro, es la hora que retomen la sensatez y es que Venezuela transita el promisorio trayecto de su indetenible recuperación y en ese fascinante proceso están todos los principales responsables de ejercer el liderazgo en sus respectivos escenarios, allí están los principales protagonistas de este PSUV que se exhibe mucho más sólido y cohesionado ante el incesante acoso. Volvemos con la proclama que inquieta y perturba a los lúgubres personajes, los mismos que proclaman el quimérico desarrollo de inevitables divisiones o traumáticos desmembramientos dentro de las filas de la revolución, Maduro es el Chavismo y sus acciones contarán con el ferviente e incondicional apoyo de sus compañeros de tantas luchas, sus hermanos que desde el PSUV le han dado apoyo a la debida continuidad del legado y que han garantizado que el proceso revolucionario estará presente por décadas en el devenir de esta patria. Por ello surge la lacerante afirmación para los fúnebres personajes que seguirán revolcándose en su incurable desengaño “Tienen la idea de que la meta del hombre es el fracaso. El que primero fracasa llega antes que los otros, que se demoraran un tiempo. Pero todos serán olvidados”.


El extraordinario congreso. La pervertida combinación entre los “Iluminatis rojos, rojitos”, esos que viven plácidamente en el exterior ostentando sus considerables riquezas, con aquellos sectores de esa destartalada oposición que se aferra a la cuestionada y libertina ficción interinante son los que desesperadamente llegan a señalar que dentro del PSUV, se estarían gestando candidaturas presidenciales, que existen secretos pactos para impulsar todo tipo de aspiraciones y que las mismas tratan de erradicar cualquier vínculo o enlace con los inalterables fundamentos del proceso revolucionario. En esta elaborada tesis de conspiraciones regionales nos encontramos con el primer desliz producto de la improvisación y desconocimiento, ya que el candidato de la revolución para los comicios presidenciales que se llevarán a cabo en el 2024 será Nicolás Maduro, máxima expresión del liderazgo y aval de la correcta continuidad del paso. Habrá que recordarles a los encapotados personajes, que en el desarrollo de las diferentes asambleas para la elección de los delegados para el Congreso del PSUV, palpitaba la unánime manifestación de llevar la propuesta para que se proclame la candidatura del presidente Nicolás Maduro para su segura reelección. Igualmente hablan de que han venido siendo desplazados verdaderas referencias partidistas, esos mismos que han sido consecuentes desde el mismo inicio de todo este largo trayecto y que seguirán jugando una rol primordial en los retos y escenarios que se avizoran a corto plazo para el futuro de Venezuela. Por ello es que ante estas trastornadas iniciativas por parte de los malogrados personajes cobra suprema importancia la instalación del V Congreso del PSUV y IV Congreso de la JPSUV, perfecto acoplamiento entre las diferentes generaciones. Allí convivirán la experiencia de lo que han consolidado el duro itinerario que forjó fuerzas y destinos con las nuevas voces y rostros que garantizan el relevo generacional, todos con el obligatorio deber de seguir confeccionando la añorada patria de la mano del primer mandatario nacional, Nicolás Maduro. El PSUV con la realización de su extraordinario congreso, su calificado plantel de comprometidos delegados nos proporciona esa sensación de que se ha ubicado dentro del espíritu del común para convertirse en parte de su patrimonio emocional, dejará de ser una circunstancial estructura partidista para transformarse en un sentimiento que permanecerá en la inquietud y exigencia de un pueblo. Más que un partido será una espontánea expresión de esperanza recorriendo cada centímetro de nuestro territorio. Y esa es la verdad. 


 
Por Cesár Burguera
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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde