El primer Rojas Queipo de Valencia lo encontramos por allá por el siglo XVII; es Miguel Rojas Queipo, hijo de del español Miguel de Rojas, alguacil mayor de la ciudad, casado con Claudia Queipo quien junto a sus hermanos inauguran el nombre con los apellidos de ambos padres, el que sucesivamente se convierte en un solo apellido compuesto como “Rojas Queipo”.

 
Por 3 largos siglos sus descendientes esparcen este nombre en Valencia y por la región central; pero el personaje que nos interesa, que es el presbítero doctor Juan Antonio Rojas Queipo.

Para el año de 1810, el presbítero Rojas Queipo era el rector del Seminario Santa Rosa de Lima, adscrito a la Pontificia Universidad de Caracas, cuna de la primera universidad de Venezuela, es decir, era la autoridad universitaria más importante de todo el país. En la capilla de este seminario se efectuaron las deliberaciones del cabildo caraqueño el 19 de abril, con la presencia de Rojas Queipo, quien firma el acta de ese día donde renuncia el capitán general de Venezuela Vicente Emparan y se constituye la llamada “Junta Conservadora de los derechos del Rey Fernando VII”, punto de partida de la independencia de Venezuela.

 
Ahora bien, resulta interesante estudiar la trayectoria política de Rojas Queipo, lo que nos ayudará a entender el desarrollo de los convulsos tiempos de la independencia, que ha sido tan mal estudiada, retratándola en blanco y negro, cuando la vida real se nos presenta en una infinita variedad de tonalidades.

 
Pues sucede que Rojas Queipo, estando conforme con los principios que se declararon el 19 de abril, es decir, la defensa de los derechos del rey, apresado por los franceses que impusieron al usurpador José Bonaparte, no estuvo de acuerdo posteriormente con la declaración de independencia, a la que se opuso abiertamente, llegando a acompañar a Domingo Monteverde en su campaña contra Miranda.

 
A fines de 1816 Rojas Queipo viaja por órdenes del capitán general de Venezuela a la corte en Madrid para presentar al rey un “Proyecto de Pacificación de Venezuela”, un largo documento donde expone la situación social, militar y política de la provincia, las causas de la insurgencia y las posibles soluciones.

 
Allí escribe consejos sobre las relaciones internacionales, sobre la organización de una flota bajo las órdenes del capitán general, la intensificación de la educación religiosa y el aumento de los poderes de la Inquisición, el establecimiento de los tribunales de infidencia (falta de lealtad), la expulsión de la provincia de personas insurgentes y la inmigración de peninsulares y canarios “que no se hayan vinculado al liberalismo”, con lo que se evitará tanta fuerza armada y los recursos para sostenerla y se fomentarán la agricultura, el comercio, las artes y las ciencias. En el documento también relata como fue el enfrentamiento entre americanos realistas y americanos insurgentes, un tema que hoy en día se ha tratado de ocultar ya que la historia oficial pretende que creamos que Venezuela fue invadida por España:

Rojas Queipo habla al Rey del malestar de las clases populares y propone solución a estos resentimientos en estos términos:

“Se hace preciso que las gentes de color tengan sus escuelas públicas…en los mismos términos que los blancos”

En fin, tanto Juan Antonio Rojas Queipo como su “Plan de Pacificación de Venezuela” son importantes elementos para conocer a cabalidad el sentir del “otro lado” de los venezolanos que vivieron los tiempos de la independencia.

 
Por Luis Heraclio Medina Canelón
M.C. de la Academia de Historia del Estado Carabobo
@luishmedinac