Jair Bolsonaro intentó romper su tobillera electrónica de rastreo
El expresidente se encontraba cumpliendo arresto domiciliario en su casa de Brasilia, tras ser condenado a 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado en 2022
Internacional.- La Corte Suprema de Brasil ordenó este sábado el "traslado inmediato" a una cárcel del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, según versiones que hablan de que se habría detectado "un riesgo inminente de fuga” del exmandatario, posiblemente este mismo sábado por la tarde, según consta en una resolución judicial a la que accedió la agencia AFP.
De acuerdo con el documento, que no trascendió todavía, Bolsonaro habría intentado “romper la tobillera electrónica de rastreo para asegurar el éxito de su fuga”, maniobra que, según el Tribunal Supremo de Brasil planeaba concretar durante una multidunaria "vigilia" convocada para esta tarde por su hijo, el senador Flavio Bolsonaro.
El expresidente se encontraba cumpliendo arresto domiciliario en su casa de Brasilia, tras ser condenado a 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado en 2022. Pero cerca de las 6 de la mañana, un equipo de la Policía Federal ingresó a su vivienda y ejecutó la orden judicial. Los agentes lo trasladaron de inmediato hacia instalaciones policiales.
Cómo se llegó a la condena a prisión contra Jair Bolsonaro
Según informó la cadena Globo, la Corte Suprema de Brasil dispuso la prisión preventiva del exjefe de Estado “para garantizar el orden público”. La Policía Federal comunicó en un breve comunicado que “cumplió este sábado, en Brasilia, una orden de prisión preventiva conforme una decisión de la Corte Suprema”, aunque sin precisar la identidad de la persona implicada.
La medida adoptada contra Bolsonaro se conoció un día después de que su defensa solicitara al máximo tribunal que la condena de 27 años por tentativa de golpe de Estado pueda cumplirse en modalidad domiciliaria por cuestiones médicas.
El 11 de septiembre, la Primera Sala del Supremo había sentenciado a Bolsonaro por intentar “perpetuarse” en el gobierno mediante el respaldo de antiguos ministros y altos mandos militares, tras ser derrotado en los comicios de 2022 por el actual presidente, Luiz Inácio “Lula” da Silva.
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El exmandatario, de 70 años, se encontraba cumpliendo arresto domiciliario en su residencia de Brasilia, debido a una serie de incumplimientos de medidas cautelares vinculadas a la misma causa. De acuerdo con la prensa brasileña, la orden de prisión preventiva dictada este sábado no constituye el inicio formal de la ejecución de la pena, un procedimiento que se esperaba para las próximas semanas tras el rechazo inicial del Supremo a los primeros recursos presentados.
En el mismo expediente, el Supremo también dispuso este viernes la prisión preventiva del diputado Alexandre Ramagem, cercano a Bolsonaro y condenado en el mismo juicio del expresidente, luego de que se indicara una presunta fuga hacia Estados Unidos.
Las pesquisas señalan que el legislador habría salido de Brasil en septiembre pasado por el estado de Roraima, limítrofe con Venezuela, desde donde habría continuado su trayecto de manera irregular hacia ese país o hacia la Guayana Francesa, antes de dirigirse a territorio estadounidense.
Ramagem, quien encabezó la Agencia Brasileña de Inteligencia, recibió una pena de 16 años de prisión en régimen cerrado por los delitos de organización criminal, intento de golpe de Estado y abolición violenta del Estado Democrático de Derecho.
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La condena de Bolsonaro
El expresidente fue sentenciado a 27 años y tres meses de prisión por haber intentado desplazar a Lula da Silva mediante un golpe de Estado en 2022, según resolvió la primera sala del Supremo Tribunal.
Por una mayoría de 4 votos contra 1, los magistrados resolvieron condenar al exmandatario, señalado por dirigir una estructura criminal de carácter armado para sostenerse en el poder tras su derrota electoral frente a Luiz Inácio Lula da Silva.
Con esa proporción de votos —de 4 a 1—, Bolsonaro quedó sin posibilidad de apelar la resolución ante el pleno del STF.
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Además de Bolsonaro, resultaron condenados Alexandre Ramagem, exdirector de la Agencia Brasileña de Inteligencia (16 años de prisión); Almir Garnier, excomandante de la Marina (24 años); Anderson Torres, exministro de Justicia y exsecretario de Seguridad del Distrito Federal (24 años); Augusto Heleno, extitular de la Oficina de Seguridad Institucional (21 años); Mauro Cid, ex asesor presidencial y denunciante del intento de golpe; Paulo Sérgio Nogueira, exministro de Defensa (19 años); y Walter Souza Braga Netto, exjefe del Estado Mayor (26 años).
El voto decisivo fue emitido por Cristiano Zanin, titular de la Primera Sala del Supremo y antiguo defensor del actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Según el fallo, Bolsonaro habría articulado maniobras contra Lula tras su derrota en los comicios de 2022. La mayoría se completó con los sufragios de Alexandre de Moraes, Cármen Lúcia y Flávio Dino, mientras que Luiz Fux se manifestó en contra de que el STF asumiera el caso.
“Las pruebas permiten concluir que los acusados pretendían romper el estado democrático de derecho”, sostuvo Zanin en su intervención, que consolidó la sentencia de Bolsonaro y otros siete involucrados, entre ellos exministros y antiguos mandos de las Fuerzas Armadas.
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En lo que respecta a Bolsonaro, la acusación presentada por la Fiscalía General incluyó un agravante, al considerar que actuó como “jefe” de una “organización criminal” que buscó bloquear la toma de posesión de Lula luego de su triunfo electoral en 2022 sobre el dirigente de la extrema derecha.
De acuerdo con la imputación del Ministerio Público, respaldada por cuatro de los cinco magistrados, la supuesta conspiración se habría iniciado en junio de 2021, poco más de un año antes de las elecciones y en un momento en el que Lula comenzaba a encabezar las encuestas.
La acusación describe que el plan se desplegó en varias etapas y arrancó con una ofensiva de descrédito contra las instituciones y el sistema electoral del país, impulsada por el propio Bolsonaro.
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Tras los comicios de octubre de 2022, cuando Lula resultó ganador, la operación habría pasado del discurso a las acciones: hubo manifestaciones prolongadas, intentos de ataques frustrados por las fuerzas de seguridad y acampes frente a dependencias militares donde miles de simpatizantes exigían que el Ejército impidiera la asunción del nuevo gobierno.
Lula asumió la Presidencia el 1 de enero de 2023 y, una semana más tarde, miles de manifestantes de extrema derecha salieron desde uno de esos campamentos en Brasilia y avanzaron con violencia sobre los edificios de la Presidencia, el Congreso y la propia Corte Suprema.
Según la Fiscalía, aquel ataque fue la culminación de una estructura golpista que, de acuerdo con la acusación, habría sido “liderada” y dirigida de manera personal por Bolsonaro, con la intención de “perpetuarse en el poder” e instaurar “una dictadura” en el país.