"Son ataques ilegales", ha zanjado la portavoz de Amnistía Internacional, Olatz Cacho, en declaraciones a Europa Press. "No se trata de un conflicto armado, ni Estados Unidos se encuentra bajo una amenaza inminente", ha añadido Cacho antes de avisar de que Estados Unidos, al declarar a los cárteles como organizaciones terroristas, vuelve a la era inmediatamente posterior a los ataques del 11 de septiembre de 2001, en una repetición de sus peligrosas consecuencias.
"Tras el 11 de septiembre de 2001 existía una amenaza real", reconoce Cacho antes de matizar que la militarización de la reacción estadounidense trajo consigo una "respuesta desproporcionada" cuyos efectos "se han visto a lo largo de los años", como el caso del vacío de Derechos Humanos observado en la cárcel estadounidense de Guantánamo para los sospechosos de terrorismo.
Cacho se hace eco en este sentido de las palabras de su organización, que este mismo jueves insistía en que la interceptación de embarcaciones sospechosas de transportar drogas es una operación que debe quedar en manos de las agencias responsables del cumplimiento de la ley, sujeta al derecho internacional de los derechos humanos donde queda reflejado que todas las personas tienen derecho a la vida y a un juicio justo.
La portavoz de Amnistía ha recordado a este respecto que el propio secretario de Estado de EE.UU. (y asesor de Seguridad Nacional en funciones), Marco Rubio, admitió en su momento que la Guardia Costera podría haber interceptado perfectamente la primera embarcación identificada como narcolancha a principios de septiembre.