Luego de una fiesta familiar a la que ellas no habían asistidos, las víctimas recibieron un pedazo de pastel de cumpleaños por parte unos allegados, pero los trozos estaban envenenados con un insecticida, al parecer, las damás mantenían una deuda económica.
Aunque sucedió el pasado mes de junio, las autoridades mantuvieron el caso en bajo perfil hasta octubre, cuando los resultados forenses confirmaron la presencia de una sustancia tóxica en la torta.
Este caso ha sido calificado por los medios brasileños como uno de los crímenes más impactantes de los últimos años en el país.
El pastel envenenado y el sospechoso familiar
Según el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de São Paulo, un familiar de Ana María habría llevado a su casa una porción de torta sobrante de una fiesta de cumpleaños celebrada el día anterior.
Sin embargo, cuarenta minutos después de comer el pastel, Ana María comenzó a sentirse mal y llamó a su hija para avisar que se encontraba débil y apenas podía mantenerse en pie. Fue hospitalizada de urgencia.
Horas después, Larissa fue a visitarla y, al regresar a su vivienda, comió el resto del pastel sin sospechar nada. Veinte minutos más tarde empezó a convulsionar y murió antes de que los paramédicos pudieran reanimarla.