Un cura aparece acribillado al borde de una carretera en México
Su desaparición había sido denunciada desde el pasado sábado
Internacional.- La Fiscalía General del Estado mexicano de Guerrero confirmó la muerte del sacerdote Bertoldo Pantaleón Estrada, cuya desaparición había sido denunciada desde el pasado sábado.
El lunes de esta semana, la Diócesis Chilpancingo-Chilapa difundió una esquela a través de las redes sociales, que también corroboraba el deceso del párroco.
La víctima, de 58 años, era originaria del municipio de Cocula, aunque ejercía su ministerio en la parroquia de San Cristóbal de la comunidad de Mezcala, en el municipio de Neri.
El cuerpo del párroco presentaba varios impactos de bala y fue hallado en una camioneta blanca, cerca de las 14.40 horas del lunes en una carretera federal, reporta la prensa local.
La Fiscalía General del Estado informó que había iniciado una carpeta de investigación por el delito de homicidio calificado. "Tras tener conocimiento de los hechos, agentes de la Policía Investigadora Ministerial (PIM) y peritos de la Coordinación de los Servicios Periciales acudieron al lugar para realizar el procesamiento del sitio, así como el levantamiento y análisis de indicios", reportó la entidad.
La principal hipótesis apunta al chófer
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó durante la conferencia matutina de este martes que la hipótesis con la que se trabaja es que hubiera sido su chófer, que le acompañaba en una salida para dar misa, quien hubiera acabado con su vida. El individuo es buscado por las autoridades.
"No tenemos conocimiento de amenazas", dijo García Harfuch, que añadió que de momento no se tiene ningún indicio "de que el padre haya estado involucrado en algo incorrecto".
Pantaleón ejercía su labor religiosa en una zona que había sido epicentro de producción de amapola. Además, Mezcala es un punto de acceso a la conflictiva área minera de Carrizalillo, donde el crimen organizado ha tenido el control durante años.
El sitio está ubicado en Guerrero, una entidad que sufre las consecuencias de la pugna entre dos grupos criminales, identificados como los Tlacos y los Ardillos, que han sembrado de violencia la región, por lo que algunas especulaciones apuntaban en esta dirección.
De hecho, esta semana se cumplió el primer aniversario del asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, que tuvo lugar tan solo seis días después de asumir el cargo y tres después del asesinato del secretario del Ayuntamiento.
La cabeza del alcalde fue localizada sobre el toldo de una camioneta en la colonia Villas del Roble y todavía se investiga la conexión de este crimen con las dos organizaciones criminales preeminentes en la zona.
Violencia contra religiosos
No es la primera vez que este tipo de violencia golpea a religiosos. El caso más reciente fue el de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados en Chihuahua, en 2022.
En el estado de Guerrero los casos son más antiguos, aunque numerosos. El padre Joel Román Salazar, de la diócesis de Ciudad Altamirano, fue asesinado en febrero del 2013; el misionero ugandés John Ssenyondo, de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, fue secuestrado en abril de 2014 y localizado en una fosa clandestina en octubre de ese mismo año en Cocula; mientras que el padre José Ascensión Acula Osorio fue secuestrado y asesinado, en septiembre de 2014, en San Miguel Totolapan.
Según el Centro Católico Multimedial, entre 2018 y 2024, sexenio que coincide con el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, 10 sacerdotes fueron asesinados, otros 10 fueron violentados, 26 templos fueron atacados, dos sacerdotes desaparecidos y se produjeron cerca de 900 extorsiones y amenazas de muerte contra miembros de la Iglesia católica en México.
