Poco antes, la organización de La Vuelta hizo lo posible por evitar la interrupción de la etapa, modificando el recorrido en distintos puntos.
Los ciclistas se vieron obligados a parar en varias ocasiones cuando los manifestantes lograron acceder al recorrido.
La Policía usó gases lacrimógenos para dispersar las manifestaciones, según se aprecia en imágenes difundidas en redes.
En un acto celebrado esta jornada en Málaga, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestó su "admiración" por las manifestaciones que han complicado el desarrollo de la competición ciclista en días pasados. "Reconocimiento y respeto absoluto a los deportistas, pero también nuestra admiración a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas como la de Palestina", expresó.
En este contexto, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, del conservador Partido Popular (PP), responsabilizó a Sánchez de lo ocurrido. "La violencia ha vencido al deporte y hago responsable al presidente del Gobierno", escribió en su cuenta de X. "Madrid se ha desbordado de violencia. Han conseguido reventar la última etapa de la Vuelta y dar una imagen bochornosa de nuestro país", criticó.