Esposa de Miguel Uribe Turbay y su padre le dan el último adiós al senador colombiano: Así fue el doloroso abrazo (+Video)
El cuerpo del precandidato a la presidencia de Colombia, llegó al Capitolio Nacional en horas de la noche de este lunes
Internacional.- En medio de lágrimas, dolor y falta de aliento, María Claudia Tarazona y su padre, Miguel Uribe Londoño, dieron inicio al último adiós a Miguel Uribe Turbay, quien murió al madrugada de este lunes luego de dos meses del atentado de 7 de junio, que finalmente terminó por arrebatarle la vida.
Alrededor de las 9:00 de la noche de este lunes, el cuerpo de Miguel Uribe llegó al Salón Elíptico del Capitolio Nacional de Colombia en un féretro cubierto con la bandera nacional. El cuerpo fue recibido por colegas, familiares y allegados.
Es de recordar que el padre de Miguel Uribe también perdió a su esposa, la periodista Diana Turbay, en los años 90, quien se encontró secuestrada desde el el 30 de agosto de 1990 por el grupo de Los Extraditables organizado por Dayro Cardozo Metaute "Comanche", y David Ricardo Prisco Lopera, comandados por Pablo Escobar, y durante el intento de rescate recibió un disparo que le segó la vida, dejándo a su hijo menor, Miguel Uribe Turbay, (para ese momento) de 5 años.
María Claudia Tarazona despidió a Miguel Uribe con un llamado a “unión, paz y amor”
Tarazona, frente a los asistentes y a los medios, pronunció unas palabras que mezclaron gratitud, fe y un llamado a la reconciliación nacional. Inició agradeciendo “a todos los colombianos y a todas las personas que nos han acompañado en los distintos lugares del mundo durante estos dos largos y difíciles meses”. También expresó un reconocimiento especial “a todos los médicos, en cabeza del doctor Hakim, que hicieron todo lo posible y todo lo humanamente y médicamente posible por salvarle la vida a Miguel”, así como al equipo de enfermeros y enfermeras que, según dijo, “lucharon a la altura de Miguel, esa batalla que Miguel hubiera querido que dieran y que lo hicieron con altura”.
Entre pausas para contener la emoción, agradeció “por no desfallecer y estar con Miguel hasta el último minuto” y dio “infinitas gracias a Dios por haberme permitido estos dos meses al lado de Miguel, por haber aprendido a amar a Dios y a recibirlo en mi corazón”. Confesó que sin ese tiempo de preparación “hubiera sido imposible enfrentar este momento” y aseguró que la fe le dio fortaleza y le enseñó “el camino del amor”.
Recordó a su esposo como “un hombre maravilloso para nosotros, el que canta, el que juega ajedrez, el que toca piano, el que compone canciones, el que le dedicó la vida con amor y entrega a Alejandro, a mis hijas y a mí”. Y añadió que, para el país, también fue “un hombre maravilloso que soñaba con la paz y la unión de Colombia” y que anhelaba “un país donde ningún niño repitiera la historia que hoy su hijo está repitiendo”.
