Sus hallazgos sugieren que el número real de víctimas y el daño a la infraestructura podrían ser mayores que los reportes oficiales.
Un estudio adicional estimó que entre 55 mil y 79 mil personas de Gaza murieron a causa de heridas traumáticas para finales de junio de 2024. Estas cifras, provenientes de estimaciones independientes, superan los conteos oficiales, que registraron 38 mil muertes en junio de 2024 y 47 mil 500 en enero de 2025. La diferencia entre las cifras oficiales y las académicas sugiere que entre el 4 % y el 5 % de la población del territorio previa al conflicto podría haber fallecido.
La evaluación de los daños materiales ha empleado diversos métodos. El Centro de Satélites de las Naciones Unidas (UNOSAT), una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), identificó que el 70 % de las estructuras de Gaza han sido afectadas, con más de 102 mil edificios totalmente destruidos. El Banco Mundial complementa esta información al calcular que se han perdido 300 mil viviendas, lo que representa el 77 % de los edificios de apartamentos de la zona.
Otro enfoque, utilizado por el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), se centra en los escombros. Su análisis más reciente estima que 53.5 millones de toneladas de restos de edificaciones se encuentran en la franja. Esta cifra supone un aumento del 133 % en un período de 15 meses, evidenciando la magnitud de los daños físicos y la dificultad de encontrar refugio para los habitantes.
El colapso de los servicios esenciales ha provocado miles de muertes indirectas. Un estudio de la Universidad Royal Holloway de Londres estima que entre 4 mil 500 y 12 mil 500 personas fallecieron por causas no relacionadas con la violencia directa. El mismo análisis sugiere que las muertes violentas podrían ascender a entre 60 mil y 90 mil, superando ampliamente las cifras oficiales publicadas en el Ministerio de Salud de Gaza.
La esperanza de vida ha disminuido en más de 35 años, lo que la sitúa en la mitad del nivel anterior a la guerra. Asimismo, la ONU informa que el 76 % de las escuelas y el 95 % de los hospitales han sufrido daños significativos, lo que agrava la situación de la población que ha sobrevivido a los ataques.
El costo de la reconstrucción es elevado, aunque aún incierto. El Banco Mundial estima una inversión de 53 mil millones de dólares, una cantidad que supera el doble del Producto Interno Bruto (PIB) combinado de Gaza y Cisjordania antes del conflicto. Estos datos fragmentados confirman la escala de destrucción del territorio, catalogándolo como uno de los más devastadores de la historia reciente.
